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sábado, 20 de noviembre de 2021

Postales del sur de China en la distancia

 

Ya en Bogotá, con la memoria distante tras un largo paso por España, las postales del sur de China se diluyen y aparecen borrosas en algunos atisbos de la presencia china en nuestro mundo. O mejor dicho, de las olas que provoca el surgimiento del mundo chino en todo el mundo.

Desde nuestra salida, las turbulencias vinculadas a la postpandemia han ido poniendo a China en el centro de las discusiones desde la contribución a la lucha contra el cambio climático, al suministro de productos mundiales con el caos de los transportes y de la logística, a la falta de microprocesadores en el mundo y sobre todo a la batalla por la hegemonía tecnológica en este siglo XXI que podríamos decir comienz efectivamente como tal en 2020 con la pandemia del covid19.

Una vez que se ha mitigado la discusión sobre el origen del virus, aunque las sospechas siguen latentes, nos quedan los efectos de esta catástrofe mundial a la que nos hemos ido acostumbrando. Las mascarillas en la cara, antes solo utilizadas por los orientales en viaje a Occidente, se han convertido en un atributo más de nuestra personalidad. Y cuando una película o un documental nos muestra calles con personas a cara descubierta, nos ocurre como cuando vemos una película de Humphrey Bogart en la que todo el mundo fuma sin cesar.

En este mundo que sale perezosamente de la pandemia, los chinos apenas se han movido. Exitosos en su estrategia de casos cero desde el inicio de la pandemia, y a salvo del destrozo de muerte y enfermedad que ha arrasado el mundo desde 2020, los chinos se han refugiado en su inmenso país poniendo tantos cortafuegos a la entrada de extranjeros como lo han hecho con su "gran muralla" cibernética para evitar contenidos y proveedores de internet que escapen al control del Gobierno.

Así, desde marzo de 2020 el país ha vivido libre del virus, con una gran movilidad interior, pero sin apenas salir de sus fronteras y sin dejar entrar a casi nadie y diseñando su participación en este nuevo siglo XXI con la tranquilidad que da la mirada de largo plazo y la paciencia de un pueblo que se considera milenario en su cultura y en su relación con el mundo.

En estos meses no he podido apreciar la vida cotidiana del sur de China, con su dinamismo económico, su urbanización progresiva y su confianza en un Estado que provee y que cuida, pero que no permite ninguna disidencia ni veleidad individual. En la distancia he visto cómo el Gobierno ha ido domando sin consideración a los distintos tigres que habían surgido en el mundo empresarial chino de los años opulentos. Aun a riesgo de frenar el crecimiento económico, el Gobierno chino con una simple advertencia a caminantes, ha bajado de su pedestal al gigante Alibaba, ha dejado desinflarse la burbuja inmobiliaria de Evergrande y de otros conglomerados de construcción. Ha dejado caer con esta empresas a los equipos de fútbol que les daban glamour internacional. Ha cortado el acceso de los niños a los juegos de internet con el apoyo del as propias empresas proveedoras de estos servicios. Ha desinflado la otra burbuja que dificultaba pasar de la política del hijo único a una política demográfica más sostenible en el futuro, la educación extraescolar. China, con una sencilla orden desde Pekín ha prohibido las empresas que se lucraban con las clases extraescolares, en muchos casos impartidas por los mismos profesores de las escuelas, y que hacían de la educación de los niños una inversión a la que debía contribuir toda la familia. En definitiva en estos meses, la placidez del crecimiento continuado de los grandes negocios en China se ha visto frenada y me gustaría saber si esto afecta al tranquilo discurrir de las familias en ese sur de China que veía día a día crecer su bienestar y su economía a cambio de su exclusión de la vida política.

Para llegar a esta nueva etapa de aislamiento voluntario mientras se mantiene su participación en el comercio mundial, los chinos han tenido que renunciar a viajar. Desde hace meses no se renuevan los pasaportes caducado y por una mezcla de temor a un mundo exterior contagiado o por seguimiento de esas sutiles indicaciones que el partido comunista sabe transmitir a la población, los chinos, desde el presidente hasta el más humilde habitante de los Hutongs de Pekín se han quedado en China, en un mundo propio y en otro inventado, en el que el "Metaverso" de facebook no será ya ninguna novedad, pues los chinos están acostumbrados a traer a su mundo el resto del mundo en esas imitaciones que para ellos no son verdaderas copias, sino interpretaciones locales en muchos casos mejoradas.

Entre tanto, veo que la vida sigue en el sur de China, siguen las mismas caras locales que se acercan a los extranjeros, los mismos esfuerzos por acercar dos culturas y dos mundos que desde el origen de la humanidad han decidido vivir aparte, a pesar de roces, choques e intercambios. Veo las mismas estrategias para pasar el tiempo entre la esforzada comunidad internacional en ese mundo que avanza y se nos escapa día a día. 

Estas postales irán perdiendo su color en la distancia, a trece horas de huso horario de distancia pero seguirá la cadencia de la vida de la que un día fuimos parte.











martes, 21 de septiembre de 2021

Postales del sur de China. Evergrande

 


Una de las primeras visitas que realicé al llegar a Cantón fue a la escuela de fútbol Evergrande en la ciudad de Qinyuan a poco más de una hora de la capital. Aunque ya comenzaba a habituarme a las dimensiones chinas y sabía que era la mayor escuela de fútbol infantil y juvenil del mundo, a la llegada a este recinto no pude dejar de sorprenderme ante el arco de entrada que da lugar a un conjunto de edificios con un estilo entre la escuela de Harry Potter el edificio Dakota en el Central Park de Nueva York.

En ese recinto viven más de 2.600 alumnos que reciben clases de fútbol así como estudios de primaria y de secundaria con profesores chinos y un grupo de entrenadores españoles que hasta el año pasado formaban a los futuros futbolistas chinos por medio de un acuerdo entre Evergrande y el Real Madrid, por el que un ex jugador de prestigio del Real Madrid, Ricardo Gallego dirigía a un grupo de entrenadores españoles que realizaban las tareas de formación de la escuela. En ese momento Gallego me dijo que Evergrande se ocupaba de financiar la escuela y si en los primeros años de funcionamiento los padres podían enviar a sus hijos a estudiar allí pagando su formación, desde hace y un tiempo solo accedían a esta escuela los chicos con talento futbolístico reclutados por las escuelas de todo el país. El objetivo declarado era crear un semillero de futbolistas chinos capaces de competir en el futuro en los campeonatos internacionales. Esta formación se complementaba con una estancia de cuatro años en España para los mejores jugadores de edad juvenil que terminaban sus estudios en nuestro país y se curtían en competiciones de clubes españoles correspondientes a su edad.

En este complejo deportivo se encontraba también un hotel de lujo, restaurantes abiertos al público, zonas deportivas y un gran salón de actos donde se agasajaba a las visitas o donde se podían hacer celebraciones familiares con el dispendio propio de los chinos.

Pero qué era esto de Evergrande?. En Cantón hay un agua embotellada con este nombre muy popular cuyos camiones de reparto recorren la ciudad dejando huella de su nombre. También el equipo de fútbol local, gloria de Cantón se llama el “Guanzhou Evergrande” y durante los últimos diez años ha ganado diez campeonatos nacionales y una copa de Asia, contando con los mejores jugadores extranjeros disponibles y entrenadores italianos de la talla de Cannavaro y de Marcelo Lippi. La inversión del grupo Evergrande en fútbol en 2010 coincide con el propósito declarado del presidente Xi de cumplir su sueño futbolístico, que consistía en albergar en el futuro el campeonato del mundo e fútbol, que la selección nacional china participe en la fase final del campeonato y que finalmente se pueda proclamar campeona del mundo. Un sueño al que el presidente de Evergrande y otros empresarios del sector inmobiliario quisieron contribuir financiando clubes y escuelas de fútbol.

Todo esto cuesta un dinero que difícilmente se puede compensar con el aforo del estadio de Tianhe o con los derechos de televisión del fútbol chino. Aquí entra en juego Evergrande, una marca que mezcla en su nombre occidental el inglés “ever” y el español “grande”. Evergrande es un empresa inmobiliaria, la mayor de China y posiblemente del mundo creada en 1997 en Cantón por el ingeniero Xu Jiayin al calor de la política de apertura económica promovida por Deng Xiao Ping. Xu creó de la nada una empresa de construcción que ha crecido a lo largo de los años desarrollando proyectos en más de 289 ciudades de China y constituyéndose en el símbolo de la nueva China urbana y desarrollada. Las dimensiones del negocio de Xu son incomprensibles fuera del contexto de crecimiento chino, donde una masiva migración del campo a la ciudad hizo perentoria la construcción de viviendas y donde personas con el instinto empresarial y los contactos de Xu han podido convertir una pequeña empresa en el mayor conglomerado inmobiliario del mundo. 

Posteriormente fui invitado a visitar las oficinas de Evergrande en Cantón donde en la última planta tienen una presentación audiovisual que ocupa todas las paredes del vasto edificio, donde se va relatando la historia de la empresa, cuyos logros van parejos a los del país y todos de la mano del Partido comunista de China. La última sala de la exhibición tenía un pequeño cine con butacas móviles de las que se usan en los parques de atracciones donde con una gafas adecuadas se asiste aúna proyección en tres dimensiones volando sobre el presente de la empresa hacia el futuro prometedor y exuberante que correspondería a Evergrande y con ella a China.

A pesar de los buenos propósitos del señor Xu, el último año corrían rumores sobre la debilidad de la empresa debido a su alto endeudamiento, lo que llevó a una reducción de gastos que en nuestro caso significó la rescisión de los contratos de los entrenadores españoles de la escuela y una reducción de los salarios de los futbolistas y entrenadores del equipo profesional. Todo este esfuerzo de última hora parece pequeño al lado de la deuda de 300.000 millones de dólares de la compañía, que al entrar en demora de pagos ha alertado primero a las autoridades chinas y luego a inversores de todo el mundo ante la que podría ser la mayor quiebra de una empresa en el mundo.

Así Evergrande ha hecho que su nombre se conozca en el mundo más allá de los éxitos futbolísticos reducidos al ámbito asiático y hoy todos hablan de la fragilidad del sector inmobiliario chino, como si no hubieran seguido la escalada de precios de los últimos años que hace de China uno de los países con vivienda más cara del mundo y donde los inversores compran propiedades que ni ocupan ni alquilan en la expectativa de un incremento de precios que les permita una jugosa ganancia. Por toda China hay ciudades fantasma, no porque no haya ciudadanos que quieran ocuparlas, sino porque quienes pueden comprarlas no las necesitan y quienes las necesitan no pueden comprarlas. 

Nadie sabe qué hará el Gobierno chino, hasta hace poco cercano a los grandes empresarios, que hoy deben cuidar bien sus declaraciones y apariciones, pues el exceso de riqueza en un país comunista ha hecho chirriar las bases del pacto social poniendo en peligro su estabilidad. Si China necesita aumentar su población en los próximos años debe hacer posible la natalidad con vivienda asequible y educación más barata, y en eso están en estos momentos. Nada que no sepamos en otras latitudes. Y ahora los niños que entrenan en los campos verdes de Qinyuan seguirán soñando con llevar a su país en el futuro a un campeonato mundial de fútbol aun en ausencia de entrenadores que Evergrande ya no puede pagar.

sábado, 18 de septiembre de 2021

Camino portugués. Etapa 12ª. Padrón - Santiago. 26 km

 


Hoy llegamos a Santiago y entramos en la catedral por el pórtico de la gloria, como los antiguos peregrinos que al llegar a la ciudad soñada encontraban desde el año 1188 una catedral cuya entrada estaba presidida por este pórtico románico que es una lección de historia del cristianismo en piedra. El pórtico, obra del maestro Mateo ha sido restaurado en 2018 y ha recuperado su policromía, por lo que ahora podemos imaginar lo que sentían quienes llegaban a Santiago tras un penoso viaje y encontraban esta muestra del mejor arte románico en el extremo occidental de Europa. No cabe duda de que éste sería un milagro más del apóstol.

Decía nuestro amigo Maceira que en Santiago la lluvia es arte, y efectivamente para proteger el pórtico románico del deterioro causado por la lluvia, se construyó en el siglo XVIII la monumental fachada de la catedral que daba nuevo empaque al templo y que cuidaba de la obra del maestro Mateo al ingreso a la catedral.


Para llegar hasta aquí hemos recorrido 273 km a pie en 12 días saliendo de Oporto, recorriendo el norte de Portugal y atravesando Galicia de norte a sur. Principalmente hemos hecho el camino junto a la costa, pero los tres últimos días hemos tomado el camino central entre bosques y tierras de cultivo hasta llegar a Santiago. Nuestra última jornada partía de Padrón donde dejamos el “pedrón” que sirvió para amarrar la balsa de piedra, y la colegiata de Iria Flavia, donde inicialmente se encontraron los restos del apóstol que luego fueron trasladados a Santiago. La jornada, larga y con continuas subidas y bajadas amanece nublada, bajo un cielo amenazador. Al principio es un continuo sacar y meter la capa de lluvia de la mochila entre los bosques de castaños y las pequeñas poblaciones que nos acercan a Santiago. En la iglesia de la virgen de la esclavitud arrecia la lluvia y pensamos que ya no nos quedará más remedio que seguir la marcha bajo la lluvia, pero finalmente se trata de una nube baja que nos envuelve con su humedad sin llegar a descargar la lluvia. Pensamos que Santiago nos librará  de tan incómoda circunstancia y seguimos subiendo y bajando con buen ritmo con la esperanza de llegar a tiempo a la ciudad.


A falta de cinco kilómetros comienza el aguacero y la última hora y media debemos caminar bajo el agua como última prueba de resistencia antes de completar el camino. Esta lluvia incómoda, que moja los pies y dificulta el camino nos recuerda que esto es algo más que un paseo turístico. Hay alguna razón que impulsa a tantos peregrinos a completar una jornada que se complica por momentos y que nos hace entrar en las calles de Santiago bañados y ansiosos por terminar el periplo.

Este año el día de Santiago, 25 de julio fue un domingo y por tanto es un año santo. Esto quiere decir que los peregrinos entran a la catedral por la puerta santa que solo se abre en estos años especiales a través de la plaza de la Quintana. Una de las más hermosas de Santiago.




Nosotros habíamos reservado previamente la visita al Pórtico de la Gloria, lo que nos permitió ingresar a la catedral por la cripta que hay a la altura de la plaza del Obradoiro. Esta cripta románica servía de apoyo a la entrada principal en un piso superior donde se encuentra el Pórtico. La entrada a la Catedral subiendo las escaleras de la cripta y admirando casi en soledad la imaginería del pórtico sobrecoge y tanto creyentes como no creyentes tienen un momento de recogimiento ante la belleza de las imágenes y la espiritualidad que han transmitido a través de los siglos a los caminantes que se han acercado a Santiago.

Santiago, desde los lejanos tiempos del obispo Gelmírez es una ciudad que no deja indiferente y que constituye un premio para quienes a lo largo de los años se han aventurado a hacer este viaje. La plaza del Obradoiro rebosa hoy de peregrinos que habiendo terminado su viaje admiran la fachada, curan sus pies heridos al sol de la tarde frente a la catedral o expresan su júbilo con canciones, abrazos y sonrisas. La plaza se convierte estos días en un mercado cosmopolita de mil lenguas donde los recién llegados van buscando su acomodo en la ciudad entre vendedores de recuerdos y ofertas de alojamiento y de restauración. Así ha sido a lo largo de la historia, y los libros de viajes del camino están llenos de referencias a los pícaros que se aprovechaban de los peregrinos. Pero qué significa esto ante la alegría de haber llegado a la meta y de poder contarlos y compartirlo.

La plaza, decía es el corazón de Santiago y en su majestuosidad tiene todos los emblemas del poder. La Catedral, enfrente de ella el palacio de Raxoi, sede del Gobierno, al otro lado la Universidad con su fachada Renacentista y enfrente el Hospital de los Reyes católicos, hoy hotel de lujo. Estos edificios mezclan las fachadas neoclásicas de la Catedral y el Palacio con las renacentistas de la Universidad y el Hospital. Y cuando a la noche los grupos de peregrinos han ido a descansar, la plaza desierta emana una luz que bien pudiera ser la que llevó a Pelayo a encontrar el templo del Apóstol.



Tras el asombro de la llegada los grupos de peregrinos van tomando las terrazas de los restaurantes para recuperar fuerzas y celebrar la llegada, contando cada cual anécdotas de su viaje, desde los que llevan orgullosos la camiseta en la que dice que salieron de Sarria, apenas a 100 Km de Santiago para poder reclamar su certificado a aquellos que vienen desde el inicio del camino francés habiendo recorrido mas de 700 km y que miran en silencio y con cierto desdén a los bulliciosos recién llegados. Todos se dirigen a la Oficina del Peregrino donde en un proceso bastante rápido se obtiene el certificado de haber realizado el camino pudiendo señalar opcionalmente el punto de origen y el número de km registrados. 

También se pide en esta oficina que se indiquen los motivos del viaje, con tres opciones, “Religioso”, “religioso y otros” o simplemente, “otros”. A lo largo de las últimas etapas del camino, cuando el flujo de peregrinos es mayor, mi percepción es que hay una mayoría que lo toman como un reto personal, como una excursión turística o como una aventura y que solo una minoría parecería hacerlo por motivos religiosos. Al entrar en las pequeñas Iglesias que abundan a lo largo de la ruta, algunos simplemente se detienen, buscan el sello para poder certificar su paso por esa localidad y rápidamente se van. Otros visitan con curiosidad artística la iglesia, ponen el sello y como muestra de respeto se detienen unos segundos ante el altar y solo una minoría se detiene a ofrecer una oración o a sentarse en silencio ante el altar. A pesar de esta impresión, sea cuales sean los motivos del viaje, no hay duda de que la llegada a Santiago y la majestuosidad de la catedral hacen que todos nos sintamos algo mejor, que tengamos un momento de reflexión y de recogimiento antes de dejar las mochilas y volver a nuestra vida cotidiana.

 Ahora regresamos a casa en un tren que nos devuelve a la ciudad deshaciendo el camino y pronto de todo esto sólo quedará el recuerdo de que un día fuimos parte de ese río que corre hacia Santiago.





jueves, 16 de septiembre de 2021

Camino portugués 11ª etapa. Caldas de Reis - Padrón. 20 km

 


La llegada a Santiago por el camino portugués nos permite visitar Padrón, la población donde comenzó la historia de la peregrinación a Santiago. A la parroquia de Iria Flavia es donde según Beda el venerable llegó la balsa de piedra que transportaba el cuerpo de  Santiago acompañando por sus discípulos Atanasio y Teodoro, y al llegar a este puerto, que hoy se encuentra tierra adentro, amarraron la barca a un poste de piedra, el “pedrón “. Ya dijimos que la verosimilitud de este relato es bastante improbable, por ser benévolos, pues incluye la translatio del cuerpo desde Palestina a Galicia en una balsa de piedra y el descubrimiento del enterramiento ocho siglos después por un campesino que junto con el obispo Teodomiro identifican los restos como los del apóstol sin necesidad de la prueba del carbono 14.

En todo caso la realidad es que este año cerca de 400.000 personas de todo el mundo van a peregrinar por los distintos caminos para llegar a Santiago, visitar la catedral y obtener la indulgencia plenaria de sus pecados sobre la base de una fe construida sobre una historia milagrosa y sobre una costumbre y una tradición que e han consolidado por siglos.

En Padrón encontraremos el pedrón, es decir la piedra a la que se piensa que se amarró la barca de piedra en la que fue trasladado el cuerpo decapitado del apóstol desde Palestina por todo el Mediterráneo hasta la costaAtlántica de Galicia. Esta barca, al llegar a Iria Flavia, parroquia de Padrón se amarró al muelle en una columna que hoy se venera en la iglesia de Santiago de Padrón. Esta columna parece ser una pieza de culto romano o probablemente anterior, que tiene grabada una inscripción en la que se lee que está dedicada Neptuno por los habitantes locales. Posteriormente se cristianizó con la adición de una cruz y se utilizó en la construcción del templo de Santiago en el siglo XII por el obispo Gelmírez.

Hasta aquí la historia oficial, que con una cierta indulgencia se ha repetido hasta nuestros días, aceptando que los restos de ese enterramiento romano  descubierto cerca de Padrón, en Compostela serían los del apóstol Santiago. Pero hace años corre otra versión algo más verosímil pero igualmente incierta, según la cual, los restos encontrados en el siglo IX por Pelayo corresponderían al obispo gallego Prisciliano, un obispo arriano, con una visión propia de la formación de la iglesia primitiva que daba mayor espacio a las mujeres en la misma, que tenía una vertiente mística vinculada a cánticos y bailes, con algún toque de agnosticismo y arrianismo. En definitiva, tras años de predicación en Europa, Prisiciliano fue declarado hereje y decapitado en Treveris. Y dice esta teoría que sus discípulos lo llevaron a Galicia donde lo enterraron. Así sería plausible que los restos encontrados cerca de Padrón fueran los de Prisciliano y no los de Santiago.

Esta teoría sobre Prisciliano  ha sido considerada inconsistente históricamente pero por lo que leo es la preferida por los no creyentes y los librepensadores poco amigos de la iglesia, porque daría  pie a considerar falsa la historia sobre la que se basa la peregrinación a Santiago y de paso rehabilitaría a este obispo hereje y algo revolucionario, a quien habrían estado venerando durante siglos los creyentes que peregrinaban a Santiago.

Al margen de los inciertos datos históricos, la fuerza que el símbolo de  Santiago ha tomado en España y en el mundo desde que en el siglo X comenzaran las peregrinaciones nos induce a pensar que algo nos trae a este rincón del occidente europeo, es decir el occidente extremo en los términos que se conocían en la Edad Media. Trajo el peregrinar peregrinos, ideas, cultura, riqueza, ciudades y de un modo u otro libertades a estas tierras ibéricas junto con la esperanza del perdón.



Aquí hemos llegado hoy en la penúltima etapa desde Caldas de Reis. Un rcorrido amable por campos de cultivo, bosques y pequeñas poblaciones que nos acercan a Santiago bajo un sol radiante. Desde que entramos en Galicia hace siete días el informe del tiempo nos anuncia lluvias, pero será gracias a la protección del santo que hemos esquivado hasta ahora la lluvia. Mañana anuncian lluvias de nuevo con una probabilidad del 90%. Veremos quién acierta más. Los meteorólogos o el apóstol Santiago.

miércoles, 15 de septiembre de 2021

Camino portugués. Etapa 10ª. Pontevedra - Caldas de reis. 24 km


 Retomamos el camino en Pontevedra por el santuario de la virgen peregrina, símbolo de la ciudad edificado a fines del siglo XVIII para albergar una figura de una virgen traída por unos peregrinos franceses desde Baiona. El santuario está edificado sobre una base con forma de concha de vieira, (en inglés scallop) proyectada en altura sobre una cúpula redonda que da una imagen espigada a este monumento por el que debe pasar los peregrinos que salen de Pontevedra.

El camino transita hoy por bosques de castaños y robles bajo la amenaza de una lluvia que no llega a desencadenarse. Somos afortunados, pues haciendo caso a las previsiones meteorológicas hemos dejado las capas de lluvia en la maleta y avanzamos los primeros kilómetros bajo la amenaza de que una lluvia intensa moje nuestra marcha y la haga más dificultosa.

Estamos en la comarca del Salnés, famosa por su vino albariño, uno de los mejores vinos blancos de España, y por eso el camino se abre pronto entre viñedos que se encaraman sobre postes de granito formando emparrados que forman unos túneles de sombra a los costados del camino. Es llamativo el uso de la piedra de granito en esta región. Las casas, desde las más modestas a las más señoriales tienen fachadas cubiertas de granito, lo que les da un empaque de buena construcción y da homogeneidad a los pueblos y a la zona vieja de la ciudad de Pontevedra. Pero lo curioso es que los emparrados de los viñedos también se hacen sobre la base de columnas de granito que forman un bosque bien alineado sobre el que se encaraman las vides para evitar la humedad del suelo. El resultado es el albariño, que conforma en esta comarca una religión tan importante como la peregrinación


A falta de poblaciones relevantes, hoy encontramos en el camino una gran cantidad de cruceros. Los cruceros son esas cruces de piedra ínstaladas en los cruces de caminos que tienen por el anverso una imagen de Cristo crucificado y por el reverso una imagen de la virgen o de un santo. Los cruceros recuerdan a lo menhires y a los millarios de las calzadas romanas y también a algunas cruces celas en los caminos de Irlanda, pero es en Galicia donde los cruceros han hecho fortuna.

 Los cruceros abundan en Galicia y en el norte de Portugal y sirven de guía a peregrinos y de prevención contra hechizos y la mala suerte. se dice que hay más de 12.000 realizados generalmente en granito, con una base cuadrada, un capitel y un fuste con las imágenes referidas. Al parecer la tradición de poner cruceros en los caminos viene del Concilio de Trento, cuando la Iglesia de Roma aprueba la contrarreforma que le llevará a profundizar en su canon teológico y a romper con la iglesia protestante. Entre las instrucciones del Concilio estaba la de la enseñanza de la religión a través de imágenes de Cristo, la virgen y los Santos, que dieran al pueblo una idea de los dogmas de la iglesia. con este fervor y apoyados en la predicación de la orden franciscana, se llenaron los caminos de cruceros que hoy acompañan a los peregrinos.


Al igual que ayer e camino se va llenando de peregrinos a medida que avanza la mañana. Estamo acercándonos a Santiago y muchos se apuntan a recorrer estas cuatro o cinco etapas finales para ganar la indulgencia. El resultado es que el caminar se vuelve más incómodo en lugares donde se agolpa más gente porque hay una bar donde descansar y reponer fuerzas o en los lugares más angostos del camino donde hay que esperar a que los peor preparados pasen para seguir avanzando. Si este recorrido del camino portugués ya era menos dado a ensoñaciones místicas que el camino tradicional, estos días con la profusión de caminantes todavía no adaptados a las largas marchas, con grupos ruidosos y vocingleros, con personas que aprovechan la marcha para hacer videollamadas a familiares y amigos compartiendo su experiencia peregrina, el camino se hace menos agradable y menos íntimo. 



Por ello tratamos de mantener un paso rápido y constante, adelantando a grupos que apenas pueden caminar y que avanzan lentamente en una empresa para la que no vienen preparados. Mantenemos así la distancia del local frente al advenedizo, buscando en las caras de los caminantes aquellas que hemos visto en etapas anteriores, para crear una comunidad invisible de peregrinos verdaderos.

Así, llegamos a Caldas de Reís, pueblo del camino real que tiene aguas termales y que fue parada obligatoria de reyes y de nobles para calmar la fatiga. al entrar en el pueblo por un estrecho puente, un transeúnte se detiene ante V. Para preguntarle de dónde venimos. Al ver la cara de sorpresa de V. Ante la pregunta en un lugar tan estrecho y el interés mostrado por el caminante, éste se adelanta y le dice, “ no se preocupe, yo soy el alcalde de Caldas de Reis,”. sonreímos y el alcalde nos da algunas indicaciones para llegar a nuestro hotel mientras él se dirige comiendo un trozo de pan hacia el ayuntamiento que se encuentra al otro lado del puente.






 

martes, 14 de septiembre de 2021

Camino portugués 9 Etapa

 


Amanecemos en la ría de Vigo, frente a la isla de San Simón una vez pasada la tormenta y con la bruma pegada a las montañas que bordean la ría. Nos dirigimos hacia lo alto de la montaña para encontrar el camino que dejamos ayer y ascendemos por las pendientes del pueblo de Cesantes hasta alcanzar el camino en lo que denominan “homenaje al peregrino”. Hacemos este rcorrido por un bosque de robles y castaños por los que s se cuelan los primeros rayos de sol a medida que se despeja la niebla. Es el paisaje gallego que recordamos de visitas anteriores y que en la soledad de la mañana recupera el espíritu del peregrino.



Al poco de recuperar el camino comenzamos a ver un mayor número de personas caminando, que en pocos kilómetros, a la altura de Arcade aumenta llegando a resultar incómodo. Estamos a menos de 100 kilómetros De Santiago y desde aquí se puede comenzar la peregrinación con el reconocimiento de la oficina del peregrino a la hora de otorgar la credencial de haber realizado el camino, y con ello, lo que es más importante, la indulgencia para nuestros pecados.

Vemos a grupos que salen de albergues y hostales a la vera del camino y que se lanzan a caminar frescos e ignorantes de las reglas no escritas que se deben respetar en estos trayectos. Hay grupos ruidosos y parlanchines, los hay también optimistas y apresurados que en el primer día quieren avanzar más rápido, en tanto nosotros seguimos con nuestro paso de ya varios días y poco a poco vamos atrapando a aquellos que quisieron adelantar y deben parar al rato para ajustar su caminar.

Este recorrido de hoy sigue lo que fue la antigua calzada romana que iba de Braga en Portugal a Astorga en España y que recorría la Galicia Romana llevando soldados, ideas y civilización. a la altura Del Río Verdugo, que desemboca en la ría, cruzamos un magnífico puente románico, originalmente un puente romano que formaba parte de esta calzada y que fuer reconstruido en los inicios del camino De Santiago para alivio de los peregrinos.


En torno a este puente se desarrolló la batalla de Ponte Sampayo entre tropas españolas y francesas durante la guerra de independencia española tras la invasión napoleónica. Nos dicen que ésta fue una victoria del ejército español apoyado por guerrilleros de Pontevedra y de Arcade, que pusieron en fuga nada menos que al mariscal Ney del ejército de Napoleón. Ney, venía de vencer a los austríacos y a los prusianos en las batallas de Jena y Eylau, pero tropezó en España primero con las políticas de José Bonaparte y luego con el general Soult, por lo que debió llegar a esta batalla con poco interés por los asuntos de la península. Después participaría en la guerra de Rusia y tras esta derrota traicionaría a Napoleón para luego reconciliarse y ser uno de los héroes de Waterloo. estos cambios de bando y de humor hicieron que fuera condenado a muerte por Luis XVIII y murió fusilado como escarmiento a los generales que sirvieron a Napoleón. A este Ney es a quien derrotaron los esforzados gallegos en el puente de Sampayo.

Dejando atrás la historia, seguimos el camino por la calzada romana hasta llegar a orillas del río Tomazo que seguiremos en su curso serpenteante hasta Pontevedra.

Esta ciudad es una de las más bonitas de Galicia, junto a la ría, tiene un casco histórico bien cuidado con su capilla de la peregrina, una extraña estructura circular de gran altura, coronada por una esbelta bóveda.


Visitamos las iglesias de San Francisco y de Santa María y encontramos en todas a personas , mayormente mujeres, rezando el rosario. La cadencia de las oraciones, su repetitividad, su ritmo constante recuerdan a los mantras del budismo o a algunas oraciones judías que llevan la mente por otro lado distinto de las palabras y ayudan a elevar los espíritus dejando la mente en blanco.

Con esta relajación espiritual y una buena cena dejamos esta jornada en una Pontevedra bulliciosa a pesar de ser martes.



lunes, 13 de septiembre de 2021

Camino portugués 8ª etapa. Vigo - Redondela 20km

 


Hoy salimos deVigo por la margen sur de la ría en dirección al interior por el camino de traída de aguas, un camino boscoso que parte del centro de la ciudad de Vigo y mantiene una elevación constante sobre la ría hasta el pueblo de Cedeira, donde se realiza un descenso pronunciado hsta volver de nuevo al nivel de la ría.

Las rías son el resultado de unas formaciones geológicas en las cuales un valle fluvial se encuentra con el mar, pero a diferencia de un estuario donde la desembocadura del río fluye mansamente hacia el mar, aquí debido a un hundimiento del valle es el mar quien penetra por el cauce del río. La ría de Vigo tiene una longitud de 35 kilómetros qu vamos a recorrer en nuestro peregrinaje desde el cabo Sillero hasta el pueblo de Arcade y hoy hemos tenido casi todo el tiempo una vista espectacular de la ría desde la altura de nuestro sendero.

Las rías conforman un ecosistema muy rico en nutrientes por la mezcla de aguas marinas y de agua dulce y forman además un escenario muy favorable para el establecimiento de puertos seguros, lo que facilita las comunicaciones y el comercio. La ría de Vigo es la mayor de las rías bajas de Galicia y seguramente ello contribuyó al desarrollo de Vigo como capital económica de Galicia por muchos años. Eso se ve en el tamaño de la ciudad y en la pretenciosidad de sus edificios. Si hemos visto a lo largo de estos días la tendencia del urbanismo gallego al eclecticismo, por no decir a la acumulación de estilos, alturas y terminación de las viviendas sin ningún patrón determinado, en Vigo esta confusión se multiplica de un modo acorde al tamaño de la ciudad y a su riqueza económica.

Encontramos en Vigo su plaza principal en obras, y alrededor de ella, altos edificios de estilo francés, con sus tejados en forma de mansardas, que continúan con edificios igualmente altos de estilo tradicional y con otros de baja calidad de laconstrucción española de los años 70. Sigue una avenida con edificios de un estilo entre inglés y escocés y continúa con una variedad de estilos mareantes. Leo después de nuestro paso por Vigo que una próxima serie de Netflix localizada en París va a ser rodada en Vigo que para los espectadores será París en televisión.

A pesar de los bonitos alrededores que tiene Vigo entre playa y monte, un paseo por la ciudad nos devuelve a la idea de una ciudad desordenada y algo caótica, por mucho que haya mejorado sus opciones de ocio y de gastronomía.



Al dejar el camino del agua descendemos a la ría de Vigo y desde allí seguimos por la costa hasta nuestro hotel en la playa de Cesantes, enfrente de la isla de san Simón. Es ésta una isla que hemos visto muchas veces al pasar en coche, pero que ahora se encuentra a nuestro alcance casi a pie por causa de las mareas bajas. En esta isla estuvieron alojados muchos años los caballeros templarios que dieron seguridad al camino de Santiago. Posteriormente fue un convento de la orden  tercera de los franciscanos que pronto se convirtió en una orden propia de San Simón y que fue declarada herética. Aquí se refugió en 1702 la flota de Indias que venía cargada con oro y plata y que fue atacada por piratas ingleses y holandeses en el contexto dela guerra de sucesión española (cuando cambiamos de la dinastía de los Austrias a la de los Borbones). La flota se refugió en esta isla en el corazón de la ría de Vigo y salvó los tesoros. Más adelante San Simón se convirtió en un lazareto donde se recluía a los enfermos de lepra y donde se hacían cuarentenas a los barcos que venían de las Indias, y yo es n centro turístico en el medio de la ría, que se puede visitar en barco.


Hemos comprobado que este camino por la costa tiene pocas indicaciones en la provincia de Pontevedra y que a diferencia el camino francés tampoco está muy representado en las Iglesias que recorremos. En la mayoría de ellas no hay ninguna referencia a Santiago ni al camino y tampoco se encuentran los famosos sellos con los que certificar nuestro paso por estas localidades en la ruta hacia Santiago. No sé si es falta de interés o es que consideran que este camino solo beneficia a la ciudad de Santiago y genera cierta rivalidad entre las diócesis de Vigo y De Santiago. El caso es que ayer domingo por la tarde, la Cº catedral y los pocos templos que vimos en Vigo estaban religiosamente cerrados.



Aquí terminamos la etapa de hoy, esquivando la lluvia que nos amenazó durante toda la mañana y que ha descargado con fuerza por la tarde, pero nosotros ya estamos a salvo en uno de esos hoteles que como los pícaros de tiempos atrás se especializan en esquilmar a los peregrinos, desviándolos de la ruta indicada con el señuelo de buenas habitaciones y luego ofrecen la mitad de lo prometido al doble de precio. No cambian mucho las cosas a lo largo de los años, siempre hay quien saca ventaja de la ingenuidad de los otros y siempre hay quien se deja engañar.





domingo, 12 de septiembre de 2021

Camino portugués. 7ª etapa. Playa de las Américas - Vigo 24km


 El recorrido del camino portugués por la costa regala imágenes de gran belleza, tanto en las mañanas luminosas frente al mar como en los atardeceres del Occidente de la península cuando el sol cae con una ligera aceleración sobre la línea del horizonte, pero a cambio de eso nos priva de una visita más espiritual o cultural al carecer de núcleos antiguos de población, de templos o de edificios emblemáticos. su lugar lo ocupa en la costa española la arquitectura y los negocios vinculados al turismo, nueva religión a cuyo llamado acuden los fines de semana una buena cantidad de visitantes para disfrutar de las playas y del sol.

Esta ausencia de monumentalidad en la costa, con la excepción del monasterio de Santa María de Oía, es un reflejo el poco interés que las costas tuvieron hasta bien entrado el siglo XX. Hasta ese momento la costa significaba peligro de ataques piratas, de invasiones, de temporales, por lo que la población prefería asentarse en el interior.

Hoy desayunamos en nuestro hotel con varios integrantes de los equipos de petanca que están disputando en esta localidad el campeonato de España de la modalidad. Por su aspecto físico y sus movimientos no parece que se requiera una forma física especial para jugar a este deporte a alto nivel, pero al poco de salir del hotel vemos el lugar donde se celebra el campeonato y eso hombres con aspecto poco atlético y andares cansinos se transforman en el terreno de la competición y van haciendo tiros de gran precisión uno tras otro, utilizando técnicas especiales de tiro, lo que a nuestros ojos los transforma en expertos deportistas. V. Dice que le recuerdan aquellos señores gordos y poco agraciados que iban a los bailes populares en Costa Rica, pero que cuando comenzaba a sonar la música se transformaban en grandes bailarines con los que todas las muchachas querían salir a la pista.


Seguimos nuestro camino junto al mar en otra jornada soleada dejando a nuestra izquierda todo el tiempo la imagen de las islas Cíes. Estas islas deshabitadas a poca distancia de la costa son uno de los parques naturales más hemosos de esta zona sur de Galicia, al que solo se puede acceder en números limitados de turistas por día. Seguimos nuestro caminar alternando playas y carreteras sin ver en todo el camino una sola iglesia donde entrar en un domingo por la mañana para buscar un poco de recogimiento para seguir el camino. Todo son chalets y urbanizaciones turísticas desde los que se puede acceder fácilmente a las playas.


Nos acercamos a Vigo, la ciudad más poblada de Galicia por pequeñas playas de arena blanca y de agua transparente hasta llegar a la altura de la pequeña isla de Toralla, distante a poco más de cien metros  de la costa a la que está unida por un feo puente. Desde lejos resalta un edificio de veinte pisos de más de setenta metros de alto, que choca con la armonía del paisaje y que afea esta isla en la que se ve también un grupo de casas bajas de buena calidad. Averiguamos que se trata de una isla de propiedad privada donde en los años 70 se desarrolló esta urbanización y desde entonces ha sido contestada por diversas asociaciones de la región por privatizar parte de la costa y por haber construido ese fe edificio en uno de sus extremos. 


También a nuestro paso por Viana de Castelo vimos un caso similar, un feo edificio alto blanco que se ve desde el puente Eiffel y que rompe el conjunto urbanístico de la ciudad de Viana. Al acercarnos a la ciudad y pasar por delante del edificio vimos que no estaba habitado y que un cartel anunciaba su inminente demolición después de veinte años de litigios con los propietarios. Cuando se tire abajo el edificio se levantará allí un mercado municipal. Tal vez ocurra esto pronto en Vigo, pues leo que hay movimiento contrarios a esta edificación. De momento los propietarios han optado por el apaciguamiento y han donado parte del edificio a la Universidad de Vigo…
Lo que sí es cierto es que si los años 70 fueron buenos para la música, fueron sin embargo nefastos para el urbanismo.


Prueba de ello es este otro horrible edificio que vimos ayer al llegar a la pequeña villa marinera de Baiona.

Así, tras las playas tomamos un sendero natural que sigue el curso Del Río Lagares y entramos a Vigo junto al estadio de fútbol y atravesamos la ciudad hasta llegar a nuestro hotel desde el que saldremos para conocer el casco viejo. Ésta es una de las ventajas del camino a pie. Habíamos atravesado Vigo varias veces en coche con la impresión de pasar por una fea ciudad industrial. Hoy a pie hemos visto los bonitos alrededores de la ciudad y las facilidades para hacer deporte y luego seguro que encontramos un lugar desde donde ver la puesta del sol tomando un vino gallego.



sábado, 11 de septiembre de 2021

Camino portugués. 6ª etapa. Viladesuso - Playa de las Américas. 20 km


 Después de unos días de marchas exigentes, hoy hacemos una etapa de apenas 20 kilómetros alternando playas, montaña y carreteras. Como el día es soleado salimos temprano para evitar el calor y aprovechar la mañana con una temperatura agradable.

Tras unos kilómetros junto al mar y pasar el cabo Silleiro iniciamos un fuerte ascenso por el monte por un camino empedrado, que se dice fue en su tiempo una calzada Romana que unía Tuy y Vigo. Desde allí bajamos hacia Baiona, una ciudad marinera adonde llegó el 15 de marzo de 1493 una de las carabelas de Colón, “la pinta” comandada por Alonso Pinzón. Efectivamente a su vuelta del primer viaje a América las dos naves de la expedición se separaron en las Azores y la de Pinzón llegó a España unos días antes que Colón. Hay que imaginar la sorpresa de los habitantes de este pueblo marinero de Galicia a la llegada de una nave que decía venir de las indias contando todo tipo de aventuras.

Además de los recuerdos de esta nave y de la arribada de Pinzón a Baiona, tiene esta localidad un templo dedicado a Santa Liberata, mujer romana, nacida en este pueblo, que murió mártir y virgen  a manos del gobernador romano, que resultó ser su padre. La santa nació de un parto múltiple de nueve niñas, que fueron dadas por la madre en adopción por temor que el padre, el gobernador romano pudiera pensar que no eran hijas suyas. Tras muchas vicisitudes las niñas se convirtieron al cristianismo, y el padre sin saber que eran sus hijas las condenó a muerte y a Liberata, famosa por su belleza, la quieren casar. Ella, para mantener su virginidad pide convertirse en repulsiva de modo que no la deseen los hombres. En cualquier caso, Liberata fue crucificada y hoy se la representa como una santa barbuda, tal vez por ese deseo de repeler a los hombres.



Junto a la iglesia de Santa Liberata se encuentra la colegiata de Santa María, una de las más interesantes del recorrido, comenzada en el siglo XII en estilo románico y con terminaciones góticas. aquí seguramente recibiría el concejo de Baiona a Pinzón a su llegada y se escucharían los primeros relatos fantásticos de las Américas, que por aquel entonces todavía eran las indias.

Baiona es una bonita ciudad turística, con un cuidado casco histórico que da sobre el puerto deportivo. En toda esta zona proliferan los bares y terrazas, que permiten desarrollar una de las actividades favoritas de los españoles un sábado al mediodía salir a tomar el aperitivo. Aquí bajo el sol de septiembre y con buena parte de nuestra jornada de caminantes cumplida nos tomamos un excelente aperitivo atendidos por un cordial camarero que hace más grato el momento.

Seguimos los últimos kilómetros por la carretera, sin gran interés hasta que llegamos al puente románico de la Ramallosa. Dicen que fue originalmente un puente romano que prolongaba la calzada desde Tui y que fue destruído por el general musulmán Almanzor cuando regresaba de su incursión a Santiago donde había robado las campanas de la catedral (Hay que señalar que almanzor recorrió España de sur a norte para llegar a Santiago, pero no como peregrino sino para castigar a los cristianos del norte y hacerles la afrenta de llevarse las campanas de la catedral De Santiago). Hoy tenemos en este lugar un puente románico de diez arcos con un bordillo bajo que va haciendo diagonales y que conforma el paso de peatones junto al puente de la carretera nacional.




Tras atravesar el puente seguimos un corto camino junto a la costa hasta llegar a la playa de las Américas, (recuerdo de la llegada de Pinzón a Baiona, seguramente) donde encontramos nuestro alojamiento. Nos sorprende que esté muy concurrido en este final de verano, pero nos explican que ello se debe a que están alojados en el hotel los equipos que participan en el campeonato nacional de petanca!!!. Quién nos iba a decir que encontraríamos una compañía tan atlética en nuestro hotel.
 Y como la tarde es soleada y hemos llegado con tiempo, nos damos un baño en el Atlántico para relajar el cuerpo tras esta etapa en la que hemos llegado ya a la mitad de nuestro recorrido.





Camino portugués. 5ª Etapa. Caminha - Viladesuso. 23,5 km

 


Varados en la playa al llegar a España.

Caminha es un pequeño pueblo portugués junto a la desembocadura Del Río Miño. Tiene una zona turística junto a las playas que se extienden a sur del río y un casco histórico que estuvo rodeado por una muralla de la que hoy sólo queda el recuerdo de la torre del reloj en la plaza donde se encuentra la iglesia de la misericordia y los principales edificios en piedra del pueblo, que le dan un aire apacible y grato.

Para llegar a España hay que atravesar el río, lo que se hace normalmente en un ferry  que une las ciudades de Caminha y Portosancos. Pero hoy la marea está muy baja y el barco solo funciona a partir de las tres de la tarde, por lo que tenemos que buscar otra manera de llegar a España. A lo largo del camino hemos visto que se anunciaba una compañía de botes para peregrinos que hacen la travesía. Llamamos a uno de ellos y rápidamente nos viene a buscar la encargada y nos lleva a su embarcadero donde nos pregunta a qué lugar queremos ir. Pronto vemos que no es un transporte regular. Cobra la tarifa sin dar recibo alguno y nos embarca en una nave con motor fuera de borda que en menos de cinco minutos nos lleva a la otra orilla. Allí, frente a una playa vacía, va buscando un lugar donde depositarnos. El aspecto del marinero que nos va a llevar nos infundió algunas sospechas al verlo, pues venía con unos pantalones mojados hasta la cintura, señal de que hacía poco había estado en el mar con esa prenda. Al llegar a la playa tuvo que buscar un lugar para desembarcar y nos temimos que tendríamos que seguir su misma suerte y mojarnos antes de llegar a tierra, con el inconveniente que eso implica para el camino posterior.

Afortunadamente encontró la forma de aproar su barca y dejarnos cerca de la arena, adonde saltamos con alivio. Desde allí, nos dijo se debíamos seguir por la orilla de la playa hasta encontrar un sendero que nos llevará a La Guardia. Quedamos en la arena de la playa con la sensación de unos náufragos o más bien, de unos prófugos de la justicia que atraviesan la frontera clandestinamente y se encuentran en otro país sin ningún trámite de ingreso.

Hoy el paso de fronteras en Europa es sencillo, pero estamos acostumbrados a hacerlo en avión, en tren o en coche, nunca de esta manera sigilosa llegando a un lugar abandonado a primera hora de la mañana.

Una vez orientados en la playa comenzamos el camino por tierras gallegas bajo un cielo azul sobre el que destaca el verdor del monte santa Tecla que vigila la pequeña península de la Guardia. Tras una hora de caminata junto al mar rodeamos la península y llegamos a la primera localidad española de nuestro recorrido, La Guardia, protegida del mar por una pequeña bahía y de Portugal tras el monte de Santa Tecla. Es un pueblo abigarrado, lleno de vida y con una arquitectura desigual, que para ser benévolos podríamos calificar como ecléctica. 

Aquí se aprecian ya diferencias con Portugal, pueblos en España más compactos, más apiñados alrededor del centro y de la iglesia. La naturaleza algo más seca, con una vegetación ligeramente menos abundante y más vida en las calles y en las carreteras.

Avanzamos por la costa un buen tramo junto a un mar que hoy luce azul intenso y que refleja el sol que nos acompañará en toda la etapa. Es un día distinto a los anteriores. El sol, la luz del día resplandecen y al mismo tiempo hacen más fatigosa la marcha.


La etapa alterna tramos por caminos junto al mar, donde el ruido de las olas acompaña el paseo y otros junto a la carretera, en los que se ha preparado un espacio para peregrinos que permite caminar con cierta seguridad a pesar de la incomodidad del tráfico. Esta franja de carretera ha sido pintada de color amarillo, lo que bajo el intenso sol del mediodía da un reflejo que hace que las rectas parezcan interminables.
Así llegamos al final des esta primera jornada en Galicia, donde disfrutamos de una larga puesta de sol tomando una cerveza en uno de los pocos lugares abiertos en este final del verano.





viernes, 10 de septiembre de 2021

Camino De Santiago portugués. Epílogo portugués. 10 de septiembre

 



Hoy salimos de Portugal por Caminha, en la desembocadura del rio  Miño, después de recorrer 110 km desde Oporto hasta este lugar que hace frontera con España. En la desembocadura del río se alza el fuerte de Insua sobre la isla del mismo nombre, equidistante entre España y Portugal, pero que pertenece a éste país y que fue construído en 1649 en la época de la separación de Portugal de la corona de España como baluarte defensivo en tiempos de desconfianza y de agravios. Hoy, los dos países somos miembros de la Unión Europea, compartimos el espacio Schengen que nos permite el cruce de fronteras sin ningún trámite y tenemos unos intereses comunes en el seno de la Unión que han permitido a lo largo de todos estos años construir una relación de confianza basada en intereses comunes, lo que hace del fuerte de Insua solamente una reliquia del pasado.

Hemos conocido a pie un país hermoso, de paisajes espectaculares entre el mar y la montaña. Hemos recorrido ciudades y pueblos, múltiples caseríos, apreciando que a pesar de la cercanía, cada país ha organizado el territorio a su manera, y hemos visto una voluntad de mantener la armonía de la edificación a pesar de la dispersión de las casas a lo largo de esta gran área metropolitana cercana a Oporto.

Viana do Castelo es una ciudad señorial, de una belleza contenida en la cadrícula de sus calles y en las líneas rectas de sus edificios, que ya prefiguraban esa arquitectura de Álvaro Siza que veremos luego en muchas de las edificaciones modernas. Junto a la ciudad, tiene Viana una ecovía que corre a lo largo de la costa entre campos de maíz pequeños bosques de eucalipto y un mar rocoso que entrega a la costa esas algas que llaman sargazos y que se recolectan en los campos cercanos.

Las iglesias y catedrales del camino, aunque deben en muchos casos su origen a las donaciones de los nobles peregrinos que volvían de Santiago, tienen pocas referencias al camino de Santiago, pues el camino cayó en el olvido a partir del siglo XVIII cuando el barroco portugués está en su esplendor y por eso los templos tienen en su interior siempre un retablo barroco con profusión de dorados que son señal de que al menos esta parte de Portugal no ha sufrido directamente el flagelo de las guerras o de los saqueos de monumentos religiosos. 

Hemos visto cómo desembocan los ríos en el océano, viniendo en muchos casos de España, desde el Duero majestuoso que sigue su curso desde Oporto hasta llegar al Atlántico, el Ave, más modesto en Vila do Conde, donde hubo astilleros y hoy hay una réplica de una de las carabelas que hicieron famosos a lo navegantes portugueses. El Cávado en Esposende, que forma un paseo fluvial entre residencias turísticas y bosque de gran elegancia, el Lima que pasa bajo el puente Eiffel en Viana y que alimenta su puerto y sus centros de deporte náutico. Y finalmente el Miño, caprichoso con sus mareas que dificultan la labor de los ferries que unen España y Portugal y que hace esa frontera antiguamente belicosa y hoy pacífica separando a dos países cercanos.


Salimos de Portugal con mejores conocimientos, con el recuerdo del magnífico bacalao que preparó Baptiste en su restaurante de Caminha y con la idea de Fernando Pessoa, que estaba escrita en la cabecera de nuestra habitación en el último hotel en el que nos alojamos en Caminha.

“Hay un momento en el que hay que abandonar la ropa usada, que ya tiene la forma de nuestro cuerpo, de olvidar los caminos conocidos que nos llevan siempre a los mismo lugares. Es el tiempo de la travesía….”

jueves, 9 de septiembre de 2021

Camino portugués 4ª etapa. Viana do Castelo - Caminha 28 km

 


Viana do Castelo es una ciudad señorial, con una plaza de la república que acoge palacios y dependencias públicas y unas calles rectilÍneas entre edificios de piedra. La impresión de orden y de bienestar que transmiten las poblaciones del norte dePortugal por donde hemos pasado se multiplican en Viana, cabeza de esta región cercana a la raya con España que se enriqueció con el comercio ultramarino y que mantiene un gran patrimonio histórico. Hay dos cosas que me llaman la atención en Viana. En primer lugar, a  pesar de lo armonioso de su trazado urbano, cuando se llega desde el sur se ve una hermosa  postal de la ciudad sobre el río, afeada por alto edificio de los años 70 que rompe la estética de la ciudad. Pues bien, este adefesio que golpea a la vista desde la distancia está a punto de desaparecer y hay ya un proyecto para hacer  en su lugar un mercado tradicional corrigiendo el error.

Por otro lado, en una de las calles bordeadas por palacios del centro de la ciudad señalan que se trata de un edificio de estilo manuelino de resistencia. Entiendo que manuelino se refiere a la arquitectura de los tiempos del rey don Manuel, aquel que a comienzos del siglo XVI peregrinó a Santiago y ordenó edificar iglesias a su retorno. Pues bien este estilo se circunscribe básicamente al periodo de su reinado, pero estos edificios son de fines del siglo XVII, y lo llaman manuelino de resistencia, porque se trata de reivindicar un estilo nacional en el momento en el que la corona portuguesa se separa de la española hacia 1648. En ese momento, los portugueses reivindican el manuelino como un estilo propio y lo retoman más de un siglo después de su muerte. A eso llaman resistencia.

La verdad es que entre España y Portugal siempre ha habido suspicacias propias de países vecinos, pero en nuestro peregrinar por estas tierras no encontramos sino simpatía y amabilidad de parte de los portugueses.


Además de la arquitectura tradicional, encontramos en Viana una impresionante biblioteca municipal en un edificio diseñado por Álvaro Siza, quien mantiene su influencia en una gran cantidad de edificaciones de líneas rectas que forman parte del paisaje potugués.


Dejando atrás el edificio de Siza decidimos tomar el camino que va por la costa en lugar del camino central que nos hubiera llevado por la montaña, más o menos como la etapa anterior.

Por la costa salimos de Viana y caminamos por una ecovía que nos permite disfrutar del mar y de las fortificaciones que se alzan en el recorrido adentrándose en el mar para proteger en tiempos remotos a estas poblaciones.


El paisaje mezcla el gris del cielo con el verdor de los bosques que se acercan a la costa. Caminamos en soledad prácticamente todo el tiempo y disfrutamos de unos paisajes que nos alegran la marcha. Al cabo de unas horas comienza la lluvia y se levanta un viento del mar que nos hace volver a ponernos las capas de lluvia y avanzamos con dificultad por la orilla del mar. Lo que hace unos minutos era bucólico y placentero se convierte en un camino lleno de dificultades.



Caminamos apresurados por pasarelas de madera y con deseos de llegar a Caminha, el último pueblo de Portugal, ya en la frontera que hace el río Miño con España. En una actividad en la que se deben pasa más de ocho horas al día a la intemperie, siempre se dan episodios de lluvia, tramos bordeando una carretera, o entradas a ciudades que dificultan la marcha y rompen la armonía de la caminata. Hoy la etapa ha sido larga, más de 28 km y a pesar de la belleza de los paisajes, la lluvia, la necesidad de poner y quitar ropa de lluvia, y los kilómetros finales de caminata junto a una carretera muy transitada, hacen que cojamos con gusto el hotel en nuestra última etapa en Portugal.

Después, una ducha, un vino de oporto y el magnífico bacalao de casa Baptiste  hacen que nos reconciliemos con este día de clima incierto que nos ha traído hasta la frontera.



miércoles, 8 de septiembre de 2021

Camino portugués. 3ª etapa. Esposende - Viana do Castelo

 


Amanece un día lluvioso en Esposende y debemos comenzar la caminata con ropa de lluvia. El viento que viene del mar hace más penosos los primeros kilómetros hasta que la ruta comienza a alejarse de la costa y nos lleva por el interior.

La lluvia, el día gris y la topografía más montañosa cambian totalmente las sensaciones de días anteriores. Hemos dejado atrás los lugares turísticos y al mismo tiempo hemos abandonado el verano, con un clima que anticipa el otoño.

Los pueblos del norte de Portugal se extienden por las laderas de las colinas sin solución de continuidad, pasando de un pueblo al otro sin poder percibir el cambio. Son comunidades compuestas por viviendas unifamiliares a lo largo del camino sin un centro urbano más densamente poblado. A pesar de ser viviendas construidas en épocas muy distintas, mantienen todas ellas un cierto orden urbanístico y una buena calidad de construcción. Todo indica que esta región del norte de Portugal goza de un alto nivel de vida que debe tener otras fuentes distintas de la agricultura, pues apenas se ven campos de cultivo entre tantas casas con jardín o huerto propio.

De Esposende pasamos a marinas donde ha una bonita iglesia, que se comenzó a construir en el siglo XI y ha ido añadiendo elementos hasta el siglo XX. en su interior hay un bonito altar barroco de estilo portugués, con profusión de dorados, pero la iglesia como los pueblos de esta zona están vacíos, apenas se ve gente por las calles. Solo una mujer mayor vigila la iglesia y la plaza del pueblo desde su ventana, recordándonos que el interés por la vida de los otros no comenzó con las cámaras de vigilancia, sino que es una característica muy humana para compensar las horas de soledad.





Seguimos el camino por bosques de eucaliptos, castaños y robles, donde se mezclan las especies autóctonas con el eucalipto traído de Australia y que se ha adaptado tan bien a estas tierras, que es considerado una plaga pues al parecer absorben mucha agua y dejan exhaustos los suelos. A pesar de todo, el eucalipto deja un olor a frescor que acompaña al caminante. El sendero baja por la montaña hasta llegar al río que se debe cruzar por un puente de piedra sin barandilla, lo que pone alguna emoción al paseo.

Dessde aquí se sigue un recorrido por pueblos por rutas que suben y bajan y que tienen una perfecta señalización de la dirección a Santiago. Al estar ya en el camino del interior encontramos a más peregrinos de diversas nacionalidades, lo que nos indica que éste es el camino más transitado en Portugal y que nos vamos acercando a Galicia.

Llegamos a Viana do Castelo por el puente Eiffel, obra del arquitecto francés que vivió dos años en el norte de Portugal mientras se construía este puente de Viana y el más famoso puente de Oporto, entre 1875 y 1877. Cuentan que Eiffel se encariñó con una joven portuguesa entrada en carnes, y que cuando fue a inaugurar el puente, la joven adelaida quiso probar su resistencia en persona, pasando de una lado al otro del puente. Cuando concluyó su paseo le dijo a Eiffel, si el puente pudo con Adelaida puede con todo.
Si no es cierta la anécdota, sí que lo es la belleza y la resistencia del puente, que tiene un nivel para el ferrocarril y otro superior para el paso de coches y de peatones. Por él llegamos a Viana la ciudad más importante en el camino del norte con una historia enraizada con la vecina Galicia.