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miércoles, 30 de junio de 2010

Singular Francia

Francia es un país bien extraño. Pensábamos que las excentricidades británicas, tales como conducir por la izquierda, rechazar el sistema métrico decimal, exportar deportes a todo el mundo o tomar en verano ese mejunje refrescante llamado "Pims" ponía a la isla en el puesto más alto de la singularidad europea.

Sin embargo Francia no le deja atrás. La derrota deshonrosa de la selección francesa en el mundial de Sudáfrica, junto a la actitud despreciativa y altiva de sus jugadores ha sumido al país en un mar de dudas sobre su identidad. Si hace ya unos años el filósofo Bernard Henri Levi revolvía las aguas tranquilas del pensamiento francés en su "lídeologie francaise", ahora se abre desde la Presidencia de la República el debate sobre la "identidad francesa", debate que se acalora con el fiasco de su selección de fútbol y la caída del mito de la integración representada por aquella selección de 1998 que ganó un mundial con blancos, negros y magrebíes. ¡Lo que puede hacer el fútbol¡

Pero la verdadera singularidad francesa no es el amor por el fútbol o la pasión irracional que este deporte desata en el cuerpo social, sino el hecho de que el debate en Francia lo lideren los filósofos. El filósofo Alain Finlielkraut ha abierto esta veda y ha dicho que "el rey está desnudo", que en esta selección hay "gamberros" y villanos y que hay que volver a la identidad perdida.

Pero no queda aquí la participación de los filósofos. El mencionado Bernard Henri lévi, (BHL), verdadero enfant terrible de la escena francesa, además de su apasionada defensa de Israel, este año ha defendido a Polanski, en sus cuitas con la justicia norteamericana por la violación de una niña de 13 años hace ya más de 30. Y esta defensa filosófica ha sido contestada por otro filósofo, de las mismas maneras que BHL, la misma melena, la misma afectación y el mismo gusto por la buena vida. Michel Onfray, que así se llama el filósofo famoso por haber vendido cientos de miles de ejemplares de su "tratado de ateología", ha terciado para decir que sodomizar a una niña de 13 años es un delito aquí y en Turkmenistán, y con refinados argumentos filosóficos refuta las tesis de BHL en defensa de Polanski.

Pero no queda aquí la cosa, resulta que en Francia la filosofía con minúscula y con espectáculo vende. Y así el nuevo escándalo entre filósofos que tiene en vilo al país de los galos, es la metedura de pata de BHL en su "la filosofía de la guerra", donde contrapone al conocido Kant con la obra de otro filósofo desconocido, "Botul". Y resulta que ese desconocimiento viene del hecho de que Botul no existe, sino que es un autor ficiticio, creado por otro filósofo.

Gaffe tremenda la de BHL, que el nuevo filósofo ascendente, Onfray aprovecha para atacar a su antiguo valedor, y de paso para atacar a Freud.

En fin, la filosofía en Francia da más titulares que el Estatut en España y los filósofos ejercen de comentaristas de actualidad, con más alambicados argumentos que los nuestros, pero con un estruendo similar al de las vuvuzelas. No me digan que no son singulares estos franceses.

lunes, 28 de junio de 2010

Hastío

Hastío, cansancio, desinterés por lo repetido, por lo usual y ya sabido. La enfermedad más aguda de la política exterior actual es la cumbritis. La obsesión de todos los titulares y figurantes de reunirse, verse y hablarse durante unas horas interminables, con unas agendas encorsetadas y discutidas hasta la saciedad por las cuadrillas de estos diestros de nuestro siglo, y al finalizar la reunión, si no antes, salir de estampida para preparar la próxima cumbre.

Todavía no nos hemos repuesto del ardor de las innumerables cumbres de la presidencia española de la Unión Europea, tanto de las celebradas como de las non natas, cuando los titulares de todos los periódicos de este comienzo de verano se ven obligados con cansina rutina a informar de las dos nuevas cumbres del G 8 y del G 20, al menos esta vez lejos de nosotros, en la siempre sorprendente Canadá.

Dicen los cronistas que el gobierno canadiense ha gastado 1000 millones de dólares en los preparativos de estos encuentros. Cantidad excesiva bajo cualquier parámetro, pero seguramente cierta, pues ya se sabe que estos anglosajones tienen algo de testigos de Jeová, a los que les está prohibido mentir. Nosotros, en España podemos presumir de haber gastado mucho menos a lo largo de la Presidencia, pero como siempre con el recurso a la "contabilidad creativa", tan útil unas veces para incrementar las cifras de nuestro gasto, cuando de eso se trata, o para hurtar al escrutinio público cifras que por groseras e impertinentes en tiempos de cuaresma no queremos desvelar.

Esos mil millones, mayormente utilizados en garantizar la seguridad de las cumbres no han impedido que esa marea alternativa que acompaña todos estos eventos internacionales desde 1999 se haya presentado en Canadá para protestar, para dejarse ver y para no faltar a la liturgia de estos encuentros que ya cuentan en su agenda con estas protestas rituales. Así, reunidos y manifestantes preparan su circo en nuevas ciudades, donde vuelven a discutir sobre la gobernanza de un mundo ingobernable, en el que además por pudor o por temor quien puede ejercer el liderazgo no lo hace y quien quiere hacerlo, echa su cuarto a espadas so pretexto de que esto ya es un mundo multipolar, en el que la diversidad y la variedad son categorías imprescindibles, como lo son para la biodiversidad.

Para alivio de estos calores, parece que con la última mascletá española se terminan las presidencias rotatorias de la Unión Europea, dejando paso si somos sensatos a una serie de anodinas reuniones burocráticas en la disputada y fornteriza Bruselas. Que así sea.

jueves, 24 de junio de 2010

Elígeme (Choose me)

Allí estaba, expectante, preparada,atenta a cualquier requiebro para decir sí al instante. Aunque previamente tuviera que dar una prueba de su disposición a colaborar, de su entrega prometida. La Iglesia cubana, a través de su jerarquía acudió presta al llamamiento de Raúl Castro. Previamente había proclamado a través de un artículo de su cardenal, esa exquisita equidistancia propia de los que están dispuestos a mediar sin que nada se lo impida. Había equiparado el cardenal de La Habana, la situación de quienes en Cuba sufren la falta de libertades a los ataques que desde el exterior es objeto el Gobierno Cubano. Es decir iguala las violaciones de los derechos fundamentales a la denuncia de estas violaciones.

Y finalmente llegó el momento, la reunión, el concilio en el que representantes de la iglesia cubana, se reúnen con el Jefe del Estado cubano para hablar sobre los aspectos humanitarios de la situación de quienes sufren desde hace años penas de prisión por las causas más arbitrarias decididas por esas mismas autoridades cubanas.

La elegida para jugar el papel de interlocutor en esta escenografía fue la iglesia cubana, pues una vez descartado algún gobierno extranjero por pastueño que éste fuera, o el recurso a una siempre impredecible organización internacional, finalmente el gobierno de los Castro decidió casarse con la iglesia; por más veterana, más fiable.

Y aquí comienzan las paradojas. El país menos católico de América Latina, desde antes de la Reovlución. País donde la iglesia católica hubo de competir con la santería y con las iglesias cristianas, país secular y laicista tras la revolución, pretendidamente científica. País donde después de la visita del Papa en 1998 la iglesia ha perdido tantos espacios y fieles como ganó al calor de posibles cambios, es el país donde la Revolución elige a la iglesia para hablar por primera vez con sus ciudadanos.

Iglesia, la cubana, pequeña, débil, con escaso clero local y con gran presencia de religiosos y religiosas extranjeros, iglesia que ha sufrido proscripción y en algunos momentos persecución por parte del gobierno, pero que se ha mantenido en pie gracias a una cuidadosa mezcla de discreción y de colaboración con el Gobierno. Iglesia que tiene encarcelados a buen número de presos de conciencia que se declaran demócrata-cristianos, pero que oficialmente nunca ha tenido un recuerdo, un gesto un apoyo para ellos. Iglesia poco conocida pero que ahora es elegida por Raúl, como lo fue antes por los ministros europeos que visitaban La Habana temerosos de verse con la oposición pacífica y buscaban en el cardenal al representante de una sociedad civil falsa.

Y un gobierno europeo, el más laico y anticlerical de Europa, el más combativo por desterrar lo católico de la vida pública, que se abraza a las sotanas del Vaticano y de la jerarquía católica cubana para bailar al unísono el vals que les tocan desde arriba los Castro.

Paradoja y cinismo. Un gobierno comunista que la primera vez que habla con sus ciudadanos elige a la iglesia católica. Una iglesia que no se ha preocupado por los derechos y libertades de sus fieles, pero que ahora entre nerviosa y excitada asume el papel de interlocutor único con ese Gobierno. Y finalmente un gobierno europeo comecuras, que por salir en la foto, por no quedar fuera de la imagen, se acerca a los comunistas y al Vaticano para poder por fin mediar entre alguien, o si no mediar, aparentar y aplaudir, como el Pimpi en las Ventas, con dos manazas gordezuelas.

Vanidad de vanidades y todo es vanidad. Que estas prisas, estas farsas traigan al menos alivio y perdón para los que sufren.

lunes, 21 de junio de 2010

Seis meses que cambiaron a España pero no cambiaron el mundo

Seis meses pasan volando. Iniciada con las nieves de un invierno inusualmente riguroso en la península ibérica, la presidencia semestral de la Unión Europea fue preparada por el Ministerio de Asuntos Exteriores, por el Gobierno e incluso por el Partido Socialista, como el acontecimiento internacional que acercaría a su Presidente durante su segundo mandato, ése en el que los asuntos internos comienzan a aburrir y a irritar a todo estadista, a las cocinas de la toma de decisiones mundiales.

El año de nieves no fue precisamente un año de bienes. Una torpe escenografía en Davos, situó a Rodríguez junto a griegos y lituanos, en la fotografía de la fragilidad económica. Nosotros, tan dados al protocolo, a la imagen, a las citas y a las cumbres como modo de emboscar la insustancialidad del diálogo. Y allí siguen, aferrados a la Moncloa, cobrando y gastando los artífices de esa torpeza.

Por esa misma insustancialidad, el presidente norteamericano, ahora sí amigo americano, no quiso dejar su agenda interna para acudir a Madrid a otra cita con buena comida, excelente marco y muchas sonrisas. Esta vez tampoco funcionó el protocolo, o tal vez hubo exceso de protocolo y falta de proteína en una cumbre non nata pero que prometía glamour y portadas como en los mejores años de Clinton, viendo atardecer en La Alhambra

Buscando la Alhambra y Al andalous debieron venir también los amigos mediterráneos para esa gran Cumbre que solucionara otro de los conflictos enquistados de la geopolítica, que con mucha obstinación, poca inteligencia y de nuevo el decorado adecuado, el edecán internacional del presidente iba a resolver tras su dilatada experiencia en la región. Mas no pudo ser, ni el optimismo, ni el empecinamiento pudieron traernos a España esa Cumbre deseada. Afortunadamente, los jardines, los edificios y esa "tradicional amistad con el mundo árabe" de la que ya se jactaba Franco, seguirán abiertos a futuras reuniones o encuentros que en el discurrir de los años busquen nuevas salidas a este milenario conflicto.

Tampoco fue mejor con los hermanos iberoamericanos. Chantaje previo de los nuevos gallos del gallinero para que le presidente de Honduras no participara. Exigencias de puridad democrática por parte de líderes como Chávez, Ortega y Morales, con el aplauso y la connivencia de ese otro gran santo laico, Lula da Silva.
Incluso el aspecto positivo de la firma de una acuerdo con Centroamérica, fue opacado por la obstinación una vez más del conocido edecán para el exterior, en buscar una salida original para Cuba, sin conseguir nada de ninguna de las partes.

Como coda de esta presidencia, tal vez tenga suerte el edecán, pues el tiempo no pasa en balde, las cosas cambian a su modo y tal vez los calores del verano derritan un poco más el engrudo del poder en Cuba y ocurra algo, una recaída en la enfermedad, una muerte a tiempo, que libere la opresión sobre los ciudadanos cubanos. Quién sabe tal vez sea eso o tal vez nada, o mejor aún tal vez, al despertar, en esta ocasión el dragón ya no esté allí.

Finalizará la presidencia, pasarán los fastos y pagaremos los dispendios, y el tiempo volverá a traer todos estos conflictos agrandados y retorcidos, para no hacer mudanza en su costumbre.

viernes, 18 de junio de 2010

Etiquetas

La taxonomía, ciencia de la clasificación, habitualmente referida a la biología, ordena a los organismos en un sistema de taxones jerarquizados. Esta sistemática ha permitido durante años hacer avanzar la biología y con ella el conocimiento de nuestro entorno.
En nuestras relaciones diarias con esos curiosos animales humanos que nos rodean recurrimos igualmente a la taxonomia con una frecuencia similar a la del biólogo, pero ciertamente con menos rigor.

Clasificamos, catalogamos, ordenamos y priorizamos generalmente sobre la base de una primera impresión, de un sentimiento instintivo de aceptación o rechazo. Una mirada, una sonrisa, un apretón de manos nos sirven para establecer el primer clado, agrupando así a un conjunto de especies emparentadas, pesados, vagos, buenos, confiables, inteligentes... , y así una variada serie de categorías que por ponerles fin podría igualar la establecida por Borges, sobre diversas clases de animales terminando para abreviar, por aquellos que pertenecen al emperador.

Esa primera taxonomía deja caer etiquetas casi indelebles, que te acompañan durante algún tiempo, toda la vida o quién sabe si se perpetuarán en tus descendientes, como los motes de los pueblos, los cebolleros, los patas, los pelines, el rengo, el matarrayos, el tuerto, la churrera.. , y tantos otros recuerdos de la infancia, que cincuenta años después siguen designando a esas familias y sus hijos y nietos que entonces no habían nacido.

Así, la etiqueta, la clasificiación, entre amigos, enemigos o compañeros de trabajo, se propaga y mantiene con justicia o sin ella, y al contrario de la honra, que se pierde al momento y cuesta siglos recuperarla, la etiqueta el mote, la catalogación. se ganan en un instante, pero tardamos una eternidad en hacerlos desaparecer.

Arrastramos nuestra marca en nuestro vagar, al igual que otros arrastran aquellos que nosotros le pusimos en su momento, Lolo, Mondeño, Thorny y tantos otros que no les abandonarán por más esfuerzos que hagan, igual que mariposas ensartadas en su tablero, en su clado, en su filo, en su orden inmutable hasta que un nuevo científico logre cambiar el orden clasificatorio.

martes, 15 de junio de 2010

Más lunes al sol

Crecimos con la idea de la crisis. En los años de colegio fue la crisis del petróleo, que nos tocó de refilón gracias a nuestra excentricidad de aquellos años. Unos años más tarde, ya en la Universidad vino la segunda crisis del petróleo durante la guerra de Irán e Irak. Esa crisis ya no nos abandonaría en muchos años. Desempleo, inflación, poco crecimiento. quizás fue allí donde el desempleo, el paro en España comenzó a formar parte del paisaje y a remediarse con el recurso a la economía informal.

Convivimos muchos años con alta tasa de paro. ¿Recuerdas la promesa de crear 800.000 puestos de trabajo del programa electoral del partido socialista en 1982?. La realidad se impuso y para salvar otras cosas, nos habituamos a una dualidad laboral desconcertante para los extraños, aun tras nuestro ingreso en la Unión Europea.

No fue sino hasta mediados de los años noventa cuando el desempleo dejó de ser una preocupación para los españoles. Hubo una sostenido crecimiento económico, cuyo impulso duró hasta antesdeayer y en las encuestas, en las familias, en la cotidianidad, otras cuitas fueron tomando el lugar preferente antes reservado a nuestro paro consuetudinario.

Casi todos lo olvidaron, excepto nuestro cine vernáculo, que en el momento de mayor creación de empleo de nuestra economía, en 2002, se le ocurrió producir una película por otra parte notable, "Los lunes al sol", que se anticipó unos años a los acontecimientos.

Hoy, las salidas a esta crisis nos abocan a corto plazo a mayores tasas de paro, ya sea oficial o camuflado, y la corrección de los excesos de nuestro sistema de cajas de ahorros se traducirá en más desempleo o en prejubilaciones, incrementando el número de clases pasivas en nuestra soleada e indolente sociedad.

Nada pasa, nada temas, el sol saldrá todas las mañanas por el este, nos acariciará del Levante al Atlántico y dentro de unos años, los hoy jóvenes estudiantes recordarán con nostalgia que ellos también crecieron con la crisis, y que el paro constituyó un problema en sus vidas, mientras caminan por calles desiertas, sembradas de ruinas.

lunes, 14 de junio de 2010

Parecidos razonables

Caminar por la ciudad permite apreciar la buscada similitud de los grupos que pasean juntos. Sin llegar a los extremos de las tribus urbanas, sometidas a una uniformidad militar, las personas que pasean o que transitan a alguna obligación por las aceras de nuestras ciudades se agrupan por afinidades electivas con un aire de familia.

Una pareja de turistas extranjeros, de mediana edad no tiene empacho en salir a la calle con los mismos pantalones vaqueros cortados tipo pirata, una camiseta de color rojo y un chubasquero azul sobre el que cada cual lleva una pequña mochila para hacer trekking urbano.

Más allá un grupo de jóvenes norteamericanas, en alegre algarabía se pasean con un estilo similar, aunque en este caso con tipos de ropa diferente, que a peasr de todo las hace inconfundibles y distintas del resto de las jóvenes nacionales que se cruzan con ellas.

Donde el mimetismo de grupo se hace más visible es en las parejas de homosexuales que muestran una deliberada similitud, de acuerdo con el tipo que quieren representar. Aquí no sólo la ropa es semejante, sino los gestos, el corte de pelo, el andar y en muchos casos, obedeciendo a una moda reciente, incluso el perro caniche que les acompaña tiene también un aire familiar.

Grupos de jóvenes ejecutivos con sus formales trajes oscuros, con la corbata todavía un poco ladeada por la falta de costumbre, con la sonrisa en el rostro por el puesto ganado y la mente en los números que deben cuadrar a toda costa. También se unen, se apoyan y se lanzan juntos a la ciudad.

Parecerse para distinguirse, para reconocerse, para pertenecer y que se vea la pertenencia. Finalmente, dentro de nuestra diversidad tendemos más al gregarismo que a la individualidad. Afán de protección o necesidad de apoyo en nuestra salida a la jungla de la calle.

PS. Otro parecido razonable, las esquelas aparecidas estos días en los periódicos nacionales tras la muerte de un exitoso empresario, tan discreto en vida como expuesto al público en su muerte. Una página del periódico dedica la esquela "al jefe" y la firman su esposa, hijas y otros parientes. En la página de al lado, la esquela se dirige a "mi emperador" y la firman una hija, con otros nombres de esposa, yernos, nietos y familiares. Parecido, pero al fin y al cabo, el muerto es el mismo. Lo que cambia es lo que queda.
Y para no salir de mi perplejidad, en esta comparativa de esquelas, en esa misma página, una dedicada a fulanito de tal. "trece años añorándote y todavía no percibo la pensión" Tu Antonio.
Lamentablemente esta pareja separada por trece años de muerte no podrá parecerse ya más. Antonio habrá cambiado en tanto su añorado permanece fresco en sus fotos y en su memoria.

viernes, 11 de junio de 2010

Francia

Hubo un tiempo en que quería ser francés, como Picasso, Chopin, Chaikovski, Gris, Van Gogh o Julio Cortázar. Francés, parisino, por supuesto. Francés de gabardina, de largos paseos a lo largo del Sena, o mejor aún de los canales del norte, visitador de cementerios en tardes otoñales, frecuentador de cafés a cualquier hora, husmeador de mercados y fruterías penetradas por el olor del melón canteloup. En fin francés mitad de siglo, del siglo 20, tras las tragedias de las dos guerras mundiales y de las iniquidades de las posguerras, de los olvidos y de la prosperidad que fomenta la bohemia.

Luego, con el tiempo, la pronunciación de las erres se volvió dificultosa. Poco práctica para la rapidez de la vida de un siglo que se escapaba. La decadencia, dentro de la opulencia de una sociedad satisfecha. Los vanos intentos de reverdecer imperios materiales o espirituales. La quijotesca lucha contra el avance imparable de América me hicieron olvidar esas veleidades apátridas.

La extraña actitud de ciertos intelectuales durante la segunda guerra mundial, refugiados lejos de París, doliéndose en la distancia de esta nueva invasión bárbara. Sus complicidades con el estalinismo, su trasnochado afán de compaginar una sociedad satisfechamente burguesa con una intelectualidad contestataria dentro de los cómodos límites del pentágono, me alejaron más de mi inicial empeño.

La Francia de hoy, diversa, oscura como su selección nacional de fútbol, multicultural a la fuerza, pequeño gigante entre países pequeños me es ajena, deberé repensar mi actitud y resignarme a esta nacionalidad de origen tan exigente e irreconocible.

Entre tanto, una canción, una película de la nouvelle vague, una novela del gran siglo XIX, o el diseño de una arquitectura hoy caduca, pero siempre amable, me hacen volver a pensar en las razones de ese precoz deseo de fuga. Tal vez en algún bulevar, en alguna librería, en algún mercado todavía me espere ese editor perdido.

jueves, 10 de junio de 2010

Militar

Militar, profesar, seguir ciegamente las órdenes. Esa es la receta en tiempos de crisis, seguir la consigna y actuar como una piña. La fe en el partido te salvará. Esa era la consigna de los partidos comunistas, que habiendo proscrito la religión por supersticiosa, la sustituyen por una nueva fe en el partido.

Ayer nos lo recordó de nuevo el ex presidente González, levantando los ánimos y los espíritus, como el "sursum corda" de las antiguas misas en latín.

Necesitan héroes, modelos inmaculados, de una pieza ante los que postrarse y admirarse. Ayer fue un juez polémico, con sus virtudes y defectos, elevado a los altares de la laicidad sin importar argumentos ni reservas, sólo con el espíritu y la militancia.

Hoy un fiscal, sin duda valiente en tierras mayas, sale con un aura de puridad, sin resquicios, acogido en éxtasis como el héroe que vuelve a casa tras sus hazañas.

Qué nostalgia de escritores e intelectuales como Chejov, que acusado de su falta de toma de partido en una literatura tan militante como la rusa dijo:

"Sigo sin tener posición política, religiosa o filosófica firme. Cambio todos los meses; por eso estoy obligado a contar cómo mis héroes aman, se casan, hacen hijos, hablan y mueren".
(Antón chejov)
Belleza de la literatura sin acotaciones, sin prejuicios, la literatura como reflejo de una vida imprevisible y azarosa.

martes, 8 de junio de 2010

Arrepentimiento

Arrepentirse, reconocer el error y disculparse ante quien lo ha sufrido. En determinados sistemas jurídicos el arrepentiemiento se considera una atenuante en la comisión de ciertos delitos, o incluso puede permitir redimir la pena si viene acompañado de la colaboración con la justicia, o incluso de la delación.

arrepentirse, palabra bíblica de origen griego, desde Zaqueo a Judas o a Pedro. Se equivocan, reconocen su error y tratan de enmendarlo. Pero nada equiparable a San Agustín, el obispo de Hipona, que tras una vida de pecado decide la conversión, previo arrepentimiento y llega a ser uno de los padres de la Iglesia. Arrepentirse y cambiar. Esa es la fórmula.

Arrepentirse una y otra vez lleva sin embargo a la trivialidad, a la indecisión, a la pérdida de credibilidad.

Una enfermedad muy común desde el amor a la política o a la economía. Lo siento, no lo volveré a hacer, sabiendo que la semilla de la recaída está sembrada. Arrpentimiento tal vez sincero, pero momentáneo, más bien un desahogo que una verdadera rectificación. Porque cambiar, al igual que San Agustín, requiere coraje, requiere convencimiento y requiere algo de fe. Arrepentirse y cambiar para no volver a las andadas para coregir el camino torcido y hacer algo más llevadera la pena a quienes sufren las consecuencias del error.

viernes, 4 de junio de 2010

Mcguffins

Como en esas películas de A. Hitchcok en las que un elemento circunstancial desvía la atención del espectador por un momento para permitir que la trama siga su camino, encontramos a diario múltiples Mcguffins`(1)
Bandas militares que dejan de tocar el himno nacional en las procesiones del Corpus por toda España, desatan un debate sobre la laicidad y la posición de la iglesia y el ejército en la sociedad española. Al mismo tiempo no hay una plaza hotelera libre en los lugares donde se celebran estas procesiones, encabezadas generalmente por las autoridades eclesiásticas y las gubernamentales que aunque las discuten no se las quieren perder.

Terroristas arrepentidos que con la boca pequeña van alejandose de la violencia o que al menos consideran una opción continuar la guerra por otros medios, es decir, la política.

Reformas económicas cruciales, urgentes, que se van aplazando porpereza y que finalmente se dejan para que coincidan con la verdadera pasión de españoles, el mundial de fútbol, que ahora sí lo vamos a ganar. ¿No era en tiempos de Franco cuando el 1º de Mayo ponían siempre toros o fútbol en la televisión?. No cambiamos

Y entre tanto Mc guffin, Craig Venter, investigador y empresario logra lo sustancial, lo que nos alejará más de nuestros orígenes y lo que nos asomará al vertiginoso abismo de la creación. Por primera vez en un laboratorio se ha reproducido la vida mediante la síntesis del genoma de la bateria Mycoplasma genital.
El camino es largo y tortuoso, pero en algún recodo recrearemos las condiciones de nacimiento de la vida en la tierra, reconoceremos su evolución y quién sabe si como castigo lograremos crear seres más complejos de modo artificial y al fin descubramos que el objeto del progreso, de la evolución era eso y que una vez abierta la caja, liberados los espectros no podremos seguir igual, el círculo se habrá cerrado.



"La palabra procede del Music-hall. Van dos hombres en un tren y uno de ellos le dice al otro "¿Qué es ese paquete que hay en el maletero que tiene sobre su cabeza?". El otro contesta: "Ah, eso es un McGuffin". El primero insiste: "¿Qué es un McGuffin?", y su compañero de viaje le responde "Un MacGuffin es un aparato para cazar leones en los Adirondacks". "Pero si en los Adirondacks no hay leones", le espeta el primer hombre. "Entonces eso de ahí no es un MacGuffin", le responde el otro."[1]

jueves, 3 de junio de 2010

Liquidez

Tan antiguo como la vida. La capacidad de manipular, de ofrecer a la mejor luz el objeto deseado,girar y tornar para que aparezca del modo más conveniente para la venta instantánea.
Viejos articulistas decimonónicos, en el París más literario eran capaces de denostar una obra por la mañana, construyendo una teoría literaria a la medida de la demolición, para en la tarde volver la crítica favorable y refutar cuanto habían dicho en su cuartilla matinal para ganar nuevos lectores. Nada es fijo, ni siquiera los principios. Todo tiene su cara y su envés, y con un suave giro de muñeca aparecen los objetos con un brillo nuevo o en un mate apagado.

Todo cambia, todo se adapta y en momentos de una moral líquida apenas puede predecir el próximo paso, la siguiente jugada.

Y con el cambio de opinión, con la relativa verdad, con la ventajista toma de posiciones se pierde día a día la inocencia. Se van acabando las ilusiones y todo se mezcla en un turbio mejunje donde es imposible distinguir los elementos esenciales, los principios que dieron lugar a la historia.

Y así fue y así es, todos los días, ese pretencioso provinciano, con ínfulas poéticas y capacidad para entusiasmar a maduras grandes señoras, ese joven de Angoulema o de León va dejando sus dudosas prendas en el camino. Se deja tentar desde el primer día, se deja halagar por la musicalidad de sus ripios y va adoptando ese tono cínico de los periodistas de café.
Se comienza por enhebrar unos malos versos, unas vacuas palabras y se termina traicionando a sus oyentes todavía aletargados por las largas frases y los largos silencios.

martes, 1 de junio de 2010

Streamlining

Adelgazar, quitar peso, eliminar lo superfluo de cara al verano. Cientos de anuncios de dietas, de tablas de ejercicios nos predisponen para un verano más austero, más afilado, cuando la ropa mengua y las carnes quedan generosamente a la intemperie.

.Adelgazar es lo que nos recomiendan y lo que nos decretan. Hay un verbo en inglés, "streamlining" que viene del mundo de la aviación y que nos puede venir bien a todos ante este verano de renuncias. Streamlining significa hacer más aerodinámico, reducir la resistencia al viento y a los fenómenos externos. Para ello el cuerpo debe someterse a una transformación que lo haga más eficaz, que reduzca su exposición y sea más eficiente en el uso de la energía.

Streamlining para el cuerpo, pero también para el cuerpo social, para las empresas que a la fuerza lo van haciendo, incrementando así el número de desempleados.
Streamlining en la Administración con sus duplicidades, su burocracia.
Streamlining en los gastos superfluos y en aquellos que pudieran no parecerlo, en la cooperación para el desarrollo. Esa imponente cifra de 145.000 millones de $ que según el CAD vamos a destinar este año a aliviar la pobreza, o quizás a limpiar nuestra conciencia.

Simplificar, hacer más accesible, buscar la línea más corta entre dos puntos y acertar con la receta. Hay que aligerar esa carga inmensa de una organización junto a otra, esos monstruos que hemos ido creando como muñecas rusas, que salen incesantemente una dentro de la otra. Poner el cuerpo a punto no gastar más de lo necesario y evitar la ostentación o la prepotencia de aquel BMW descapotable a la puerta de una organización multilateral en una isla con no más de 150 Kms de carreteras asfaltadas. Sueño de distancias infinitas y de grandezas inmerecidas.Sueño o pesadilla que bien debería acortarse.