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sábado, 26 de octubre de 2019

Las muñecas de Famosa

La feria de Cantón se celebra dos veces al año, en primavera y en otoño, y se resume en una cifras cuya dimensión sobrepasa las medidas chinas. 195.000 compradores de todo el mundo, 30.000 millones de cifra de negocio, 60.000 stands, más de 150.000 productos distintos, que además cambian en un 40% en cada edición.
¿Qué quieren decirnos estas cifras?. Que a pesar de los malos augurios sobre la economía china en los últimos años, la fábrica del mundo sigue aquí. Debido al incremento de los costes de producción en China a medida que el país se va desarrollando, la producción se va en algunos sectores a otros países del Sudeste asiático, o al interior de China, donde los costes son todavía más bajos, pero el grueso de la producción sigue aquí. Y desde los puertos de China va viajando a todo el le mundo por unas cadenas de distribución que achican las distancias y hacen cada vez más homogeneo el consumo mundial.

Durante la feria de este año he visto a muchos compradores españoles que vienen dos veces por año a esta feria para conocer novedades y llevarse productos que distribuirán en nuestro país. Esto no es algo exclusivo de España, pero sí que nos da una idea de dónde salen los productos que vemos en tantas tiendas y comercios. Los juguetes, los zapatos, bolsos, artículos de regalo, muebles de oficina, sanitarios, elementos de iluminación, y hasta el más mínimo “souvenir” que compramos en cualquier tenderete de playa, son fabricados aquí.

Encontré hace poco a las compradoras de la marca de juguetes Famosa. Si antes el Levante español producía zapatos, bolsos, juguetes, hoy qaquellas empresas que alegraron nuestra infancia, vienen a comprar a China y en el mejor de los casos desarrollan ideas que luego se reproducen aquí.

Hoy los juguetes son todos madre un China, y podemos consolarnos pensando que es una producción de bajo valor añadido, y que podemos hacer algo mejor con nuestro tiempo y nuestras capacidades. Pero estoy viendo que el cambio en China es también tecnológico y que de la copia han pasado al desarrollo, y que esos avances tecnológicos se van incorporando con mayor frecuencia a la producción local. Después de esto qué nos quedará en nuestras fábricas y en nuestros pueblos?

Aquí los compradores pasean por la feria con sus maletines con ruedas, arrastrando cansancio e ideas,  con la sensación de que están siendo engañados como a chinos.

miércoles, 2 de octubre de 2019

Fuegos de artificio

Anoche el cielo de Cantó se iluminó con los fuegos artificiales más esplendorosos que recuerdo. Al igual que en otras grandes ciudades de China, la celebración del 70 aniversario de la fundación de la actual República Popular de China se cerró con un alarde de fuegos a la manera ancestral recordando que los chinos, entre otras cosas inventaron la pólvora. Entre tradición y modernidad se desarrolla la vida china en este aniversario que quiere representar más un punto de partida que un logro alcanzado.
La prodigalidad de las celebraciones, la marcialidad de los desfiles y esta fiesta que se puede prolongar durante una semana de vacaciones echan a la calle a millones de personas que agitan banderas, se emocionan con las canciones patrióticas y admiran con orgullo las ciudades nuevas, recién estrenadas, con su carácter anodino y funcionarial y con sus iconos en la forma de edificios, de estadios o de centros comerciales que queriendo poner un toque de exclusividad a cada ciudad, no hace sino repetir un modelo idéntico, que enlaza la geografía con cantidades ingentes de hormigón, cristal y luces.
Al finalizar los fuegos queda en el cielo una densa niebla causada por la humareda de la pólvora, que oculta el horizonte y trae presagios de tiempos oscuros o al menos inciertos en la neblina que queda tras el estallido de fuego, luz, color y ruido, mucho ruido.
A cierta edad las preguntas son más numerosas que las certezas, y el futuro, cada vez más cercano sigue inescrutable. Me pregunto qué habrá detrás de todas esas cifras, que con características chinas dan unos resultados mareantes en cualquier ámbito. Qué habrá de cierto en esa convicción de que el desarrollo resulta imparable, que el camino hacia una hegemonía mundial que descansa en los grandes números es algo inexorable ante lo que el mundo no tiene más que adaptarse o inclinarse.
¿Será esta unidad y orgullo nacional algo duradero y anclado en los sentimientos más profundos, o será como tantas manifestaciones que vemos una forma más de no estar solos en medio de la multitud. ?. A veces quiero pensar que la cultura unida a la tecnología y a la ideología han logrado esa  homogeneidad de la que los chinos se sienten tan orgullosos, pero pronto caigo en la cuenta de que las unanimidades siempre resultan sospechosas.

Así, los fuegos se apagan, y la rueda vuelve a girar machacona, repitiendo el mantra del progreso, de una vida mejor, del sueño que se puede hacer realidad, a pesar de las imperfecciones humanas, de las incertidumbres que acechas a pocos kilómetros, de la caprichosa veleidad del ser humano en su intimidad. Los fuegos apagados; las banderas seguirá ondeando y las consignas se impondrán a las evidencias, hasta que el choque con la realidad haga que cada jugador muestre sus cartas, y entonces veremos la verdadera dimensión de estas transformaciones, que como todas siempre serán perecederas y frágiles, como la vida desde que apareció sobre la tierra.