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lunes, 31 de mayo de 2010

Las invasiones bárbaras

El verano se apodera de Madrid y con él las hordas de visitantes buscando ese pedazo de felicidad bajo el sol inmisericorde. Los bárbaros a las puertas de nuestro país como heraldos de otras noticias que nos condicionan y nos hipotecan y nos anuncian nuevas invasiones por no haber sabido como los romanos defender nuestros muros.

Especulaciones, verdades interesadas para incitar al contrario a cometer un fallo, a dar ese paso en falso que quebrará sus espectativas. Y entre tanto la brecha abierta en el muro inflitra nuevas recomendaciones, medidas temidas y aborrecidas hasta unos días antes.

Que la chair est triste, helàs et jái lu tous les livres. Abandono y huida hacia adelante en tiempo de zozobra. Afortunadamente hoy quedan libros por leer. Anaqueles de la biblioteca infinita que soñó Borges y que nos son mostrados por entregas en innumerables librerías en esta Babel moderna. Ninguno de estos libros nos dará la pista del camino futuro porque efectivamente, el futuro está por escribir, por más que quieran hacernos ver que todo está atado y que estamos en manos de no se sabe qué oscuras conjuras.

Así, pacíficamente, sin sobresaltos, como cada verano se va cerrando el cerco, se aproximan y entran ruidosamente, anunciando días peores.

domingo, 23 de mayo de 2010

Competir

Competir, en cuidados campos de hierba, entre árboles bien alineados una mañana de sábado. Competir contra uno mismo y contra los demás. O ver competir a nuestro equipo a nuestra ciudad, nuestro país, poniendo el corazón en cada brusco movimiento de personajes ajenos y cercanos a la vez
Cada fin de semana, cada año, el mismo ritual, los mismos fervores, tal vez ocn distintos protagonistas.
El deporte, extraño invento inglés se ha apoderado de nuestras mentes y de nuestras almas a lo largo de todo el mundo. La humanidad globalizada en la información, en la comunicación, en los desastres, solo alcanza su verdadera capacidad comprensiva cuando se acerca un acontecimiento deportivo.
Los juegos olímpicos, los mundiales de fútbol o el menor torneo local del deporte más exótico mueve voluntades, emociones, dinero y espereanzas.
El aeropuerto de Madrid era esta mañana una colorida mezcla del rojo de los aficionados del Bayern de Munich y la azul y negra de los italianos del Inter de Milan. Ciudades elegantes, origen de la moda la una, alegría sureña del orden alemán la otra, cambian su fisonomía por una competición y escupen a sus ciudadanos a los aeropuertos más incongruentes, vestidos con el desaliño y el sudor de esas camisetas ya mugrientas, enfervorecidos por algo que les mueve el corazón.
Aquí están muchas respuestas, muchas pulsiones secretas, la esencia íntima de nuestra capacidad de simular y de cambiar. Competir o mejor aún ver o imaginar la competición en la que hay en juego más que una copa.

sábado, 22 de mayo de 2010

Ilusiones perdidas

Ilusionarse con un futuro brillante, perfecto, de gloria y admiración, como le sucede a Lucien de Rubempré en la obra de Balzac. El joven poeta de provincias triunfa en el salón de la buena sociedad de Angulema, donde su poesía romántica y trágica le recompensa con los favores de Madame de Bargeton.

Pero cuando el melifluo poeta de agraciada figura, ojos hermosos y vacuos, decide probar fortuna en París, los salones capitalinos le son esquivos, le regalan afrentas y oprobio y terminan venciendo las ilusiones del joven y prometedor provinciano.

Nuestro París, nuestra tierra de promisión, la Unión Europea han constituido para el líquido Zapatero la desilusión, la pérdida de una esperanza largamente alimentada en anticipación de una Presidencia mirífica. Nótese, que al igual que Lucien, José Luis utiliza su segundo apellido, desechando el común Rodríguez, como Lucien desecha el paterno Chandor para poder utilizar un Rubempré de ecos más nobles.

Ilusiones perdidas y ocasiones falladas para enderezar un rumbo torcido y aliviar los rigores de la crisis. Todo ha salido mal, la voluntad de mostrar al mundo una España próspera y líder en la recuperación económica, la cita transatlántica vacía de contenido pero con mucho glamour, la cita latinoamericana, vivida entre el chantaje de algún soldado fanfarrón y el papelón de la conversión de la socialdemocracia generosa al más estricto recorte de gasto de la democracia. Y para colmo la cancelación de la cumbre euromediterránea en Barcelona. Esa vuelta atrás a los primeros noventa donde Felipe González recibió a todos los actores del Medio Oriente con el apoyo y beneplácito de los Estados Unidos. No ha podido ser. El pasado raramente regresa y cuando un poeta mediocre se aventura en salones elevados, difícilmente triunfa. Y en su fracaso personal, nuestro Rubempré, al igual que el de Balzac arrastra a quienes le rodean.

domingo, 16 de mayo de 2010

Persistir para triunfar. De nuevo nada nuevo bajo el sol. Camiba el mundo, cambia nuestra situación, nuestras perspectivas, pero no nuestras creencias.
Sorprende la encuesta publicada hoy por el diario el país. La respuesta a preguntas sobre las recientes medidas de austeridad y recorte de beneficios hecha por el Gobierno socialista vuelven a señalar un mapa fijo de los sentimientos.
Quienes se declaran votantes socialistas son los que mejor aceptan la medidas que van en contra de su ideología. Quienes mejor acogen la reducción del salario de los funcionarios, la congelación de las pensiones,la eliminación de ayudas al nacimiento de hijos o el recorte en gastos de cooperación para el desarrollo son los que se autoproclaman votantes socialistas.
Por contra, quienes apoyan al Partido Popular son más críticos con las medidas y rechazan muchas de las medidas de recorte del gasto que por otro lado vienen reclamando consistentemente.
Dejamos de lado la razón, el análisis y preferimos perseverar en nuestro imaginario. No valen políticas sino política, y así nos va y nos irá.

Tiempo de ilusiones perdidas y de oportunidades. Tiempos difíciles y austeros para nosotros y quienes vengan, y como decía Sánchez Ferlosio, vendrán tiempos peores y nos harán más ciegos.

Que Santa Lucía nos conserve la vista.

sábado, 15 de mayo de 2010

Banalidad

Temas recurrentes, contumaz perseverancia en las creencias o en las banderías. Puede ser la adhesión a un equipo de fútbol, a un cantante, a un director de cine o incluso a un juez. Y volvemos a recrear la guerra de trincheras, las posiciones fijadas de antemano, los clichés y los más falaces argumentos.

Personas admirables en el campo de su actividad profesional, como el director de cine Roman Polanski, ardiente defensor de las libertades, de los derechos de los desamparados frente a los poderosos, actúa en su vida real como un vulgar abusador, como una persona que en virtud de su trabajo, de su posición social y económica puede considerarse por encima de la ley, concediendose a sí mismo un perdón o una prescripción de los delitos que no figuran en la ley. Paradojas de la vida, quien ha sufrido una infancia de penuria y opresión, es incapaz de entender los efectos de su abuso sobre niñas, jóvenes y mujeres prevaliendose de su posición de dominio.
Pero más sorprendente que que esta autocomplacencia es la retahila de declaraciones a su favor de sus conmilitones, de otros denunciadores con temor a ser denunciados. ¡que daño hizo Zola a la sociedad, no sé si podrá alguna vez ser redimido por su literatura.
Otra triunfadora, a buen seguro notable novelista y exitosa articulista, casada con el poeta de los regímenes, de perenne sonrisa e infatigable muñeca para firmar manifiestos, acaudilla una montonera en favor de un juez sometido al rigor de la justicia, como cualquier otro juez o como cualquier ciudadano. La connotada escritora, de elegante escritura es incapaz de articular una explicación coherente de su defensa a ultranza de un juez, que estará mejor defendido por sus abogados y cuyos derechos están mejor garantizados por las leyes y los tribunales.

Hastío de la vana discusión, del encastillamiento, de los prejuicios de aquellos que dicen haber combatido los prejuicios. Hastío y temor a un tobogán de sinsentido, de degradación que nos lleve por primera vez en varias generaciones a creer ya no en el progreso sino en el estancamiento o en la vuelta atrás.

miércoles, 12 de mayo de 2010

Política

A veces es difícil eludir la cuestión. A pesar de mi interés por el continuo avance de la antropología y por la confirmación de mi intuición sobre la presencia de los neandertales entre nosostros. O sobre las provocativas teorías de Sean Carroll sobre lo que hubo antes del big bang, A veces no queda más remedio que ver la realidad con el tamiz de la prensa de y de la política.

El éxito internacional de un país trae buenos dividendos a sus ciudadanos, que se benefician del buen nombre, de la fama, del consenso internacional a la hora de referirse a ellos. Esta fama, se cimenta en el trabajo colectivo bien hecho, en los esfuerzos generosos de ciudadanos, empresarios, políticos, diplomáticos, asociaciones, y va dejando una marca de país, un tópico positivo en el que nos conocen y nos reconocemos.

España, en los últimos 30 años ha sido sinónimo de éxito en el plano internacional. Somos el fruto de una transición democrática ejemplar, de una reconciliación nacional impensable en los inicios de los años 70. Junto a eso hemos creado un entramado de instituciones democráticas, del rey abajo, que han sorprendido al mundo por su madurez y eficacia durante estos años. Al calor de las instituciones democráticas ha crecido una sociedad creativa y exitosa, en las artes, el deporte, las empresas, las fundaciones. Hemos sabido dotarnos de un sistema de libertades individuales como nunca habíamos tenido en la historia. Y todo esto se ha proyectado en una política exterior que ha pasado del ansia de reconocimiento a jugar un papel director de los asuntos mundiales.

Pues bien, todo esto, que ha servido para nuestra proyección internacional y en definitiva para nuestro bienestar se ha ido resquebrajando a lo largo de 6 años de malos gobiernos, hasta llegar a la insólita situación de que el presidente de los Estados Unidos llame al presidente del gobierno español para recordarle la necesidad de un ajuste económico al que siempre ha sido reacio. Ni siquiera en Honduras, con perdón, recuerdo una injerencia de este tipo en los asuntos internos de un país.

¿Cómo hemos llegado a esto? Sencillamente, desandando el camino andado a lo largo de más de 30 años. Cuestionando la transición y la reconciliación nacional. Desacreditando las instituciones. Dando pábulo a quienes consideran que el Estado autonómico es insuficiente, y por tanto abriendo un melón que no sabemos si está en sazón. Gastando y mintiendo en materia económica como los griegos recientes, y una vez instalados en el error y la mentira, no enmendando los errores.

Sólo el tirón de orejas de Alemania y Francia y la vergonzante recriminación norteamericana han conseguido torcer el empeño del valiente leonés, satisfecho de haber llegado al fondo del pozo y de seguir cavando.

Peor el daño está hecho. El crédito, la estima, el ejemplo, la seriedad en los asuntos internacionales se ha desvanecido, y la fama, como la honra tardan en alcanzarse, pero se pierden en segundos.

martes, 11 de mayo de 2010

Se despide del 10 de Downing Street con la cabeza entre los hombros, con paso rápido pero irregular y con esa cara de cama deshecha que no le ha abandonado en los azarosos meses de su presidencia.

Una salida reticente, esperando hasta el último minuto que cambiase su destino, que lo que no pudo conseguir en las urnas, saliera al fin de una carambola de resignación ante el marasmo existente. Pero hubiera sido un acto de buena suerte excesiva y ésta no se prodiga mucho últimamente.

La política, la empresa van incorporando constantemente caras nuevas, batiendo records de precocidad a la altura de Alejandro Magno, y ahora tendrán los británicos un nuevo primer ministro con cara de recién salido de la ducha, prácticamente lampiño frente a la hirsuta planta de su antecesor.

Aunque bien pensado, mejor cambiar no vaya a suceder como en cierta isla que ha tomado la fea costumbre de sustiutir septuagenarios por octogenarios y la apuesta continúa hacia ninguna parte.

Queda por ver adónde irá con esa pesadumbre del hombre que no ha vencido a su figura, ni a su destino, a pesar de posar con unos hijos demasiado jóvenes para un padre con tantas cicatrices en el rostro, a las que sumará hoy unas cuantas en el alma.

lunes, 10 de mayo de 2010

ilusiones perdidas

Siempre hay un azar, una referencia casual que hace coincidir el estado de ánimo con una situación concreta. Mientras comento que estoy leyendo las ilusiones perdidas de Balzac, me dicen que en este mismo momento el narrador dellibro que mi confidente lee, está leyendo las ilusiones perdidas. El teatro dentro del teatro, las muñecas chinas que se rebelan y no quieren permanecer ocultas. En todo caso el azar buscado.

En todo caso el título es premonitorio. Algo va a suceder que va a truncar las esperanzas del protagonista. Una cierta predestinación o resignación barroca frente a las románticas aspiraciones. Pero no siempre es así. Hay personajes, caracteres que no aceptan un no por respuesta. Que lejos de especulaciones intelectuales imponen la fuerza del deseo, la voluntad sobre el destino, sobre una vida abocada a la mediocridad. Y así surgen líderes que no permiten que la realidad modifique su deseo. En la empresa, en la política, en la comunidad de vecinos.
Uno de estos, Lula, elevado estos días a la categoría de santo laico va a dejar la presidencia del Brasil, al menos momentáneamente, con la sonrisa y la determinación de quien ha hecho los deberes. Quien ha realizado su misión con éxito y suficiencia.
Y efectivamente ha triunfado cuando ha puesto en marcha los procesos contrarios a su discurso. Cuando ha aplicado políticas ortodoxas a la economía y a la convivencia de su país. Gracias a eso y a la renuncia a un populismo antiliberal ha permitido que la fuerz latente de un país en ebullición se desarrolle y desencadene uno de los procesos más exitosos de crecimiento y prosperidad.
Cuando ha querido imponer sus ilusiones, su mundo ilusorio al mundo, ha mostrado su cara m´s cínica. Una lucha por hacerse con un lugar en el mundo a codazos. Por apoyarse en todo tipo de caudillos y viejos dictadores. Un discurso dirigido a preservar un espacio propio aun a costa de la incoherencia o de la indiferencia ante el sufrimiento de sus vecinos.

Un hombre que en definitiva no pierde sus ilusiones, que las cumple para bien o para mal y que frente a la melancólica mirada de poetas diletantes, aplica una dosis de cinismo a la acción para que un entorno hostil no quiebre su esperanza.

domingo, 9 de mayo de 2010

¿De qué hablan?

Incluso los más especulativos. Quienes tienen una interrogación en la frente, quienes plantean más dudas que certezas son capaces de arrebatarse en la estéril controversia que nos impone la triste agenda de este melancólico gobierno.
Sostiene una generación de escritores, de firmantes de toda laya que hay que resolver en España el enigma de un pasado que tiñe de franquismo, o aun de fascismo nuestra conducta actual. Insiste algún ilustrado y admirado escritor que el franquismo nunca se fue de nosotros. Que no hubo catarsis, que planea de una manera insidiosa sobre nuestra vida, y que quien se atreve a denunciarlo corre un grave riesgo, incluso podría perder su puesto en la judicatura para ganar otro más rentable como comentarista u opinante.
¿dómde estaban todos estos durante los últimos 35 años? ¿en qué país han vivido? ¿De dónde salen y adónde quieren llevarnos?
Sin necesidad de hemerotecas, ni de enciclopedias, ni de libros ajenos, puedo afirmar que los falangistas, y por extensión los franquistas, ganaron la guerra civil y no sólo perdieron la literatura, sino que perdieron también la historia y los beneficios de la transición.
¿Hay que recordar que en las primeras elecciones democráticas aquellos que se presentaron con alguna fidelidad franquista fueron derrotados en las urnas?. Que tras el intento de golpe de Estado del 23 de febrero de 1981 nadie osó quedarse en casa o salir para apoyar a los alzados?. ¿No es cierto que de los 31 años de vida constitucional 19 los hemos vivido bajo gobiernos socialistas?
Y desde el punto de vista social. ¿qué vestigios quedan de franquismo en una sociedad que ha crecido en tamaño y driquez como nunca en España? Una sociedad con un 10 % inmigrantes frente a nuestro tradicional patrón de emigración.
Qué era el franquismo?. autoritarismo, negación de la política, de la alternativa, de las libertades públicas. Intervencionismo. Moral tradicional, centralismo, unitarismo y el ejército como último recurso. Sinceramente, joven Marías, qué queda de todo eso? ¿dónde has estado todos estos años?
¿A qué conduce tapar la realidad con un dedo mientras los jóvenes españoles adoran a otros dioses?
Vanidad de vanidades y nada más que vanidad¡

jueves, 6 de mayo de 2010

Acordar

Cientos de jóvenes hacen cola en la plaza de Felipe II durante varios días para acceder a un concierto de Alejandro Sanz en el palacio de los deportes de Madrid.¿Por qué?

Otros centenares de jóvenes y no tan jóvenes pasan una noche de esta primavera engañosa a las puertas del estadio Vicente Calderón de Madrid para lograr unas entradas para no sé qué final en una ciudad Hanseática. ¿Por qué?

Miles de chinos, pero muchos menos de los esperados, se agolpan a las puertas de recinto de la Exposición Universal de Shangai para entrar a esta nueva dimensión de los parques de atracciones del siglo XXI ¿Por qué?

Afortunadamente, como dijera el torero, cuando supo que ese señor cabezón, trajeado y con la raya a lo Anasagasti avant la lettre era filósofo,"hay gente pa tó".
Viva la diferencia, o el gregarismo, o simplemente la imposibilidad de ponernos en la piel de otro. El prisma, la perspectiva, la forma de ver las cosas es tan diferente de unos a otros que lo sorprendente es que nos pongamos de acuerdo en algo. Lo más normal es que acordemos por partes, por temas o afinidades y que cada cual las vea como parte de sus creencias hasta que un hecho extraordinario, una catástrofe,una sacudida, generalmente un hecho negativo nos invade a todos o a casi todos a la vez y nos pone de acuerdo al menos en el rechazo.

Entre tanto, cada quien a sus afanes, a sus cosas en un mundo lleno de daltónicos en distintos tonos, incapaces de acordar si quiera el color de lo que vemos

martes, 4 de mayo de 2010

Regresar, a un lugar, a un tiempo a una escritura y ver que todo ha seguido su curso en tu ausencia. Que el espacio se llena, el tiempo se gasta y tú no estabas.

Como un trasunto de la novela o una imitación del arte me veo escrutando almas, averiguando historias para saber lo que hay detrás de la máscara, para recomponer un instante, un momento sin testigos. Aquí la fabulación se aleja cada vez más de la realidad, cada quien es libre de recordar, de interpretar, de describir su realidad, su momento sus tentaciones y sus deseos.

Entra con los ojos acuosos, la mirada esquiva, las manos inquietas, tratando de contar su verdad, de hablar, en lugar de callar. Hablar para ocultar la verdad, para esconder en los recovecos de las palabras el sentido final, los jirones de realidad que se produjeron tiempo atrás, o que imaginó que sucedieron.

Y escuchar, abrir bien los oidos para que nos digan lo que creen que queremos oir o lo que quieren que creamos. Hablar y hablar para no dejar hueco al silencio, a la reflexión. Ofrecer un café, un vaso de agua. Tal vez un cigarrillo para ablandar el espíritu, para ganar un cómplice, para dejar que la lengua se suelte y fluyan los pensamientos.
Duro oficio el de inquisidor. Interrogar, preguntar, averiguar, llamar a la puerta de la conciencia para reconstruir el tiempo, para que te cuenten lo que nunca quisieron que llegara a tus oidos, aunque bien que lo contaron a otros. Sí todo termina por contarse, con la salvaguarda de que no se lo digas a nadie más. O quizá mejor, no lo digas, pero si lo dices que no sepa nadie que te lo he dicho yo. Miedo a la verdad, miedo a hablar cuando hay posibilidad de sanción. Y hablar, hablar a la sombra de la impunidad, del anonimato, de la piedra lanzada desde la nada.
Escuchar a todos, sacar conclusiones, aplicar la psicología del tendero. ¿qué querrá ese cliente? ¿comprará finalmente esa dama atildada y bin vestida o será mi perdición, mi verdugo? ¿será acaso esa persona descuidada en el vestir quien finalmente inquirirá el precio y luego comprará?
Imaginar para saber, para reconstruir con pedazos de conversaciones lo ocurrido, esperar y tratar de acertar.
Regresar, volver al mismo lugar; al tiempo no, al tiempo es imposible regresar por ahora. Volver y comprobar que todo sigue pero que nada es ya igual.