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martes, 25 de febrero de 2020

La matemática del contagio


Cantón, 26 de febrero de 2020.

Ahora que la crisis del coronavirus se va haciendo global, no están de más algunos consejos desde lo que fue el centro de la catástrofe, que poco a poco se recupera y que ha experimentado ya algunas de las lecciones aprendidas en estas semanas.
Además del arte de hacer mascarillas, que ha generado un suculento filón en las redes sociales, está el modelo matemático para predecir el desarrollo de la epidemia. Hace unas semanas el interés estaba puesto en el “pico”, el momento a partir del cual la infección pierde fuerza y se puede considerar que puede erradicarse. El principal epidemiólogo chino, el doctor Zhang auguraba que esto ocurriría a finales de febrero, y efectivamente esto es lo que parece estar ocurriendo. Fuera de la provincia de Hubei los casos de infecciones son marginales, y aunque las medidas de precaución prevalecen, parece que la tendencia es positiva.

Esta predicción, explica hoy en el Corriere Della Será Paolo Giordano está en el modelo matemático aplicado a las epidemias, denominado SIR, la división que se hace de toda la población entre Susceptibles de ser contaminados, Infectados y Recuperados. Todos estamos en uno de estos tres grupos, y si se les aplica un número mágico R0, que corresponde a la capacidad que tiene un enfermo de contagiar a otros que están en el grupo de los susceptibles y que es el verdadero causante de la expansión de la enfermedad. Cuando este número R0 es menor que uno, se considera que la enfermedad está en retroceso y es vencible. Por ahora basta decir que el R0 del coronavirus es de 2,5, es decir, cada infectado puede contagiar a 2,5 personas, lo que no es mucho, pero si lo vemos como progresión, el crecimiento del número de enfermos es exponencial, y esto es lo peligroso de na epidemia. 

Podríamos decir que 2,5 no es tan grave, si lo comparamos con el 15 del sarampión o el 10 de las paperas, pero ante estas otras enfermedades estamos vacunados o inmunizados y por tanto el universo Susceptible es mucho menor. Así que debemos resignarnos a unas medidas tan drásticas como las puestas en práctica en China si queremos reducir el contagio, y lo malo es que ahora la enfermedad toca a nuestras puertas.
La imagen de 1000 personas en cuarentena en un hotel en Canarias son deprimentes, y tal vez tengamos que llegar a tomar medidas  más restrictivas si queremos que esto sea pronto un mal sueño.
La alegría dura poco en casa del pobre.

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