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miércoles, 26 de febrero de 2020

Cuándo sabemos?




Cantón, 27 de febrero de 2020.

¿Cuándo sabemos que hemos pasado de una epidemia a una pandemia?

1.- Cuando las autoridades políticas de más de 15 países comienzan a dar ruedas de prensa sobre el virus y ya no se ocupan tanto de lo que ocurre en la lejanía sino que comienzan a ver todos los detalles de ese país en concreto. Las ruedas de prensa se suceden estos días y de repente todos se han vuelto expertos en el combate a la enfermedad y han recordado las reglas básicas de la higiene.
Además no puede faltar en las ruedas de prensa un llamamiento a la calma, a la serenidad, mientras los asesores revolotean detrás del compareciente en un estado de excitación poco ejemplar.
En democracia, ésta como cualquier opinión o medida política está sometida a discusión, incluso a refutación, y por ello, lejos de aquí, junto con el compareciente aparece un grupo de corifeos desentonados que tratan de matizar las palabras de la autoridad con argumentos que van desde la matización de algunas de las afirmaciones hechas, a la absoluta desautorización de las medidas propuestas con argumentos “ad hominem” más que con certezas o propuestas. 
Así hemos visto hoy que en la mayoría de los países afectados han comenzado a salir en las televisiones esas ruedas de prensa que nos alimentarán de noticias durante unos días.

2.- Cuando los medios de comunicación globales y locales se han cansado ya de las noticias de un solo foco, y éste ha agotado su capacidad de sorprender o de conmover y es necesario bajar a lo concreto, a los casos que nos afectan. Ahora ya puede competir la noticia de la construcción de un hospital en tiempo récord con los preparativos en el centro de salud de cualquier barrio de una pequeña ciudad que muestra su disposición a luchar contra la enfermedad desde cualquier rincón del mundo. Ahora los medios propagan noticias alarmantes bajo el titular “No hay que alarmarse”. Recuerdan que no es necesario o imprescindible el uso de las mascarillas, mientras dan cuenta del mercado negro de estos productos que antes nos parecían risibles. 
Los medios de comunicación también tienen que vivir y tras una buena epidemia, con corresponsales auto atrapados en el centro de la infección, con noticias basadas en los grandes números, es muy conveniente bajar a lo que los lectores o televidentes van a entender mejor, ¿Qué hay de lo mío?.

3.- Cuando las bolsas de todo el mundo marchan en la misma dirección, es decir, cuesta abajo. Cantaba Gardel en ese tango: “Si arrastré por este mundo la vergüenza de haber sido y el dolor de ya no ser...”. Así se arrastra la epidemia de un lado a otro dejando un reguero de números rojos y de quiebras. 
El economista norteamericano Roubini, que predijo la crisis de 2008 ya llevaba semanas advirtiendo que 2020 podría ser una repetición de esta crisis y presentaba argumentos que incluían la posibilidad de una catástrofe mundial como esta. Conociendo la poca fiabilidad de las predicciones económicas, y por el mero hecho de que un economista una vez acertó al predecir una crisis, no vamos a darle a Roubini el beneficio de la predicción infalible, que eso solo corresponde al papa, pero sí que es cierto que las perspectivas de las distintas economías del mundo van a ser más tristes a principios de año y veremos si la pandemia no termina afectándonos a todos.

4.- Cuando en la farmacia de la esquina se han agotado las mascarillas y los geles desinfectantes. Esto unido al hecho de ver a personas con mascarilla en las calles, en autobuses o en el ascensor es la señal definitiva de que la epidemia se ha convertido en pandemia, sin necesidad de mayores declaraciones de la Organización Mundial de la Salud.

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