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miércoles, 25 de marzo de 2020

De vita beata


Cantón, 26 de marzo de 2020.

“... no sufrir, no escribir no pagar cuentas
Y vivir como un noble arruinado
Entre las ruinas de mi inteligencia.”
Gil de Biedma, (de vita beata)

Me asomo al balcón y veo los coches y las bicicletas que se dirigen al trabajo en la mañana húmeda de Cantón, mientras comienzo un tercer día de cuarentena en la ciudad que se despierta. Ahora soy una excepción en esta China que ha salido de la madriguera y vuelve a la labor mientras el mundo semana a semana se ha ido enclaustrando con unas medidas propias de la peste de 1348.

La discusión en China versa sobre cómo aprovechar la ventaja que han tomado en esta crisis pandémica. Primero en su generación y difusión, y posteriormente en su cura y recuperación. Ahora China nos lleva al menos dos meses de ventaja a todos los que sufrimos el zarpazo del virus, y mientras en todo el mundo los esfuerzos se dirigen a frenar la propagación, a tratar de evitar mayor número de muertes y a mantener el orden social golpeado por la anomia de las ciudades vacías y la falta de respeto a la muerte, aquí están preparando el futuro que nos viene.

Las grandes fábricas y las empresas tecnológicas han retomado su actividad con nuevo impulso, y ahora estimuladas por el conocimiento que han recolectado durante la crisis y por todas las aplicaciones que han desarrollado para combatir la enfermedad y para hacer realidad ese mundo de tele trabajo y de menores desplazamientos al que nos iremos acostumbrando.

Una de las startups de Shenzhen que estaba trabajando en una aplicación para ubicar a los clientes en los centros comerciales y así anticipar sus pautas de compra y de movimientos, adaptó esta tecnología para poder identificar a los enfermes del virus y trazar sus contactos previos, haciendo un mapa de la ciudad con todos los casos sospechosos, dando acceso a los usuarios a la información del contagio en cada ciudad.

El gigante de producción de coches y de baterías para vehículos BYD, (siglas en inglés de construyendo tus sueños...) ha reconvertido parte de sus fábricas para producir material médico y mascarillas para todo el mundo.

Huawei, la mayor compañía de aparatos móviles del mundo ha incrementado su inversión en I+D para lograr el desarrollo de un mundo de aplicaciones propias que compita con Google , de modo que pueda ser el nuevo standard mundial en aplicaciones móviles. Y para ello ha desarrollado todo tipo de aplicaciones para tele trabajo, salud a distancia, educación a distancia, etc. Su objetivo es no solo captar a los 845 millones de usuarios chinos de datos, sino incorporar a los más de 500 millones de chinos que todavía no tienen acceso a internet. Y después consolidar su peso en el mundo con unos medios de alta calidad capaces de competir con los occidentales.

Empezamos el siglo chino, o tal vez comenzó en el mismo año 2001, como la odisea. Y nosotros mientras tanto, trataremos de llevarlo con el estoicismo de Séneca y la contemplación feliz de Gil de Biedma.


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