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martes, 21 de septiembre de 2021

Postales del sur de China. Evergrande

 


Una de las primeras visitas que realicé al llegar a Cantón fue a la escuela de fútbol Evergrande en la ciudad de Qinyuan a poco más de una hora de la capital. Aunque ya comenzaba a habituarme a las dimensiones chinas y sabía que era la mayor escuela de fútbol infantil y juvenil del mundo, a la llegada a este recinto no pude dejar de sorprenderme ante el arco de entrada que da lugar a un conjunto de edificios con un estilo entre la escuela de Harry Potter el edificio Dakota en el Central Park de Nueva York.

En ese recinto viven más de 2.600 alumnos que reciben clases de fútbol así como estudios de primaria y de secundaria con profesores chinos y un grupo de entrenadores españoles que hasta el año pasado formaban a los futuros futbolistas chinos por medio de un acuerdo entre Evergrande y el Real Madrid, por el que un ex jugador de prestigio del Real Madrid, Ricardo Gallego dirigía a un grupo de entrenadores españoles que realizaban las tareas de formación de la escuela. En ese momento Gallego me dijo que Evergrande se ocupaba de financiar la escuela y si en los primeros años de funcionamiento los padres podían enviar a sus hijos a estudiar allí pagando su formación, desde hace y un tiempo solo accedían a esta escuela los chicos con talento futbolístico reclutados por las escuelas de todo el país. El objetivo declarado era crear un semillero de futbolistas chinos capaces de competir en el futuro en los campeonatos internacionales. Esta formación se complementaba con una estancia de cuatro años en España para los mejores jugadores de edad juvenil que terminaban sus estudios en nuestro país y se curtían en competiciones de clubes españoles correspondientes a su edad.

En este complejo deportivo se encontraba también un hotel de lujo, restaurantes abiertos al público, zonas deportivas y un gran salón de actos donde se agasajaba a las visitas o donde se podían hacer celebraciones familiares con el dispendio propio de los chinos.

Pero qué era esto de Evergrande?. En Cantón hay un agua embotellada con este nombre muy popular cuyos camiones de reparto recorren la ciudad dejando huella de su nombre. También el equipo de fútbol local, gloria de Cantón se llama el “Guanzhou Evergrande” y durante los últimos diez años ha ganado diez campeonatos nacionales y una copa de Asia, contando con los mejores jugadores extranjeros disponibles y entrenadores italianos de la talla de Cannavaro y de Marcelo Lippi. La inversión del grupo Evergrande en fútbol en 2010 coincide con el propósito declarado del presidente Xi de cumplir su sueño futbolístico, que consistía en albergar en el futuro el campeonato del mundo e fútbol, que la selección nacional china participe en la fase final del campeonato y que finalmente se pueda proclamar campeona del mundo. Un sueño al que el presidente de Evergrande y otros empresarios del sector inmobiliario quisieron contribuir financiando clubes y escuelas de fútbol.

Todo esto cuesta un dinero que difícilmente se puede compensar con el aforo del estadio de Tianhe o con los derechos de televisión del fútbol chino. Aquí entra en juego Evergrande, una marca que mezcla en su nombre occidental el inglés “ever” y el español “grande”. Evergrande es un empresa inmobiliaria, la mayor de China y posiblemente del mundo creada en 1997 en Cantón por el ingeniero Xu Jiayin al calor de la política de apertura económica promovida por Deng Xiao Ping. Xu creó de la nada una empresa de construcción que ha crecido a lo largo de los años desarrollando proyectos en más de 289 ciudades de China y constituyéndose en el símbolo de la nueva China urbana y desarrollada. Las dimensiones del negocio de Xu son incomprensibles fuera del contexto de crecimiento chino, donde una masiva migración del campo a la ciudad hizo perentoria la construcción de viviendas y donde personas con el instinto empresarial y los contactos de Xu han podido convertir una pequeña empresa en el mayor conglomerado inmobiliario del mundo. 

Posteriormente fui invitado a visitar las oficinas de Evergrande en Cantón donde en la última planta tienen una presentación audiovisual que ocupa todas las paredes del vasto edificio, donde se va relatando la historia de la empresa, cuyos logros van parejos a los del país y todos de la mano del Partido comunista de China. La última sala de la exhibición tenía un pequeño cine con butacas móviles de las que se usan en los parques de atracciones donde con una gafas adecuadas se asiste aúna proyección en tres dimensiones volando sobre el presente de la empresa hacia el futuro prometedor y exuberante que correspondería a Evergrande y con ella a China.

A pesar de los buenos propósitos del señor Xu, el último año corrían rumores sobre la debilidad de la empresa debido a su alto endeudamiento, lo que llevó a una reducción de gastos que en nuestro caso significó la rescisión de los contratos de los entrenadores españoles de la escuela y una reducción de los salarios de los futbolistas y entrenadores del equipo profesional. Todo este esfuerzo de última hora parece pequeño al lado de la deuda de 300.000 millones de dólares de la compañía, que al entrar en demora de pagos ha alertado primero a las autoridades chinas y luego a inversores de todo el mundo ante la que podría ser la mayor quiebra de una empresa en el mundo.

Así Evergrande ha hecho que su nombre se conozca en el mundo más allá de los éxitos futbolísticos reducidos al ámbito asiático y hoy todos hablan de la fragilidad del sector inmobiliario chino, como si no hubieran seguido la escalada de precios de los últimos años que hace de China uno de los países con vivienda más cara del mundo y donde los inversores compran propiedades que ni ocupan ni alquilan en la expectativa de un incremento de precios que les permita una jugosa ganancia. Por toda China hay ciudades fantasma, no porque no haya ciudadanos que quieran ocuparlas, sino porque quienes pueden comprarlas no las necesitan y quienes las necesitan no pueden comprarlas. 

Nadie sabe qué hará el Gobierno chino, hasta hace poco cercano a los grandes empresarios, que hoy deben cuidar bien sus declaraciones y apariciones, pues el exceso de riqueza en un país comunista ha hecho chirriar las bases del pacto social poniendo en peligro su estabilidad. Si China necesita aumentar su población en los próximos años debe hacer posible la natalidad con vivienda asequible y educación más barata, y en eso están en estos momentos. Nada que no sepamos en otras latitudes. Y ahora los niños que entrenan en los campos verdes de Qinyuan seguirán soñando con llevar a su país en el futuro a un campeonato mundial de fútbol aun en ausencia de entrenadores que Evergrande ya no puede pagar.

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