Translate

Seguidores

domingo, 12 de septiembre de 2021

Camino portugués. 7ª etapa. Playa de las Américas - Vigo 24km


 El recorrido del camino portugués por la costa regala imágenes de gran belleza, tanto en las mañanas luminosas frente al mar como en los atardeceres del Occidente de la península cuando el sol cae con una ligera aceleración sobre la línea del horizonte, pero a cambio de eso nos priva de una visita más espiritual o cultural al carecer de núcleos antiguos de población, de templos o de edificios emblemáticos. su lugar lo ocupa en la costa española la arquitectura y los negocios vinculados al turismo, nueva religión a cuyo llamado acuden los fines de semana una buena cantidad de visitantes para disfrutar de las playas y del sol.

Esta ausencia de monumentalidad en la costa, con la excepción del monasterio de Santa María de Oía, es un reflejo el poco interés que las costas tuvieron hasta bien entrado el siglo XX. Hasta ese momento la costa significaba peligro de ataques piratas, de invasiones, de temporales, por lo que la población prefería asentarse en el interior.

Hoy desayunamos en nuestro hotel con varios integrantes de los equipos de petanca que están disputando en esta localidad el campeonato de España de la modalidad. Por su aspecto físico y sus movimientos no parece que se requiera una forma física especial para jugar a este deporte a alto nivel, pero al poco de salir del hotel vemos el lugar donde se celebra el campeonato y eso hombres con aspecto poco atlético y andares cansinos se transforman en el terreno de la competición y van haciendo tiros de gran precisión uno tras otro, utilizando técnicas especiales de tiro, lo que a nuestros ojos los transforma en expertos deportistas. V. Dice que le recuerdan aquellos señores gordos y poco agraciados que iban a los bailes populares en Costa Rica, pero que cuando comenzaba a sonar la música se transformaban en grandes bailarines con los que todas las muchachas querían salir a la pista.


Seguimos nuestro camino junto al mar en otra jornada soleada dejando a nuestra izquierda todo el tiempo la imagen de las islas Cíes. Estas islas deshabitadas a poca distancia de la costa son uno de los parques naturales más hemosos de esta zona sur de Galicia, al que solo se puede acceder en números limitados de turistas por día. Seguimos nuestro caminar alternando playas y carreteras sin ver en todo el camino una sola iglesia donde entrar en un domingo por la mañana para buscar un poco de recogimiento para seguir el camino. Todo son chalets y urbanizaciones turísticas desde los que se puede acceder fácilmente a las playas.


Nos acercamos a Vigo, la ciudad más poblada de Galicia por pequeñas playas de arena blanca y de agua transparente hasta llegar a la altura de la pequeña isla de Toralla, distante a poco más de cien metros  de la costa a la que está unida por un feo puente. Desde lejos resalta un edificio de veinte pisos de más de setenta metros de alto, que choca con la armonía del paisaje y que afea esta isla en la que se ve también un grupo de casas bajas de buena calidad. Averiguamos que se trata de una isla de propiedad privada donde en los años 70 se desarrolló esta urbanización y desde entonces ha sido contestada por diversas asociaciones de la región por privatizar parte de la costa y por haber construido ese fe edificio en uno de sus extremos. 


También a nuestro paso por Viana de Castelo vimos un caso similar, un feo edificio alto blanco que se ve desde el puente Eiffel y que rompe el conjunto urbanístico de la ciudad de Viana. Al acercarnos a la ciudad y pasar por delante del edificio vimos que no estaba habitado y que un cartel anunciaba su inminente demolición después de veinte años de litigios con los propietarios. Cuando se tire abajo el edificio se levantará allí un mercado municipal. Tal vez ocurra esto pronto en Vigo, pues leo que hay movimiento contrarios a esta edificación. De momento los propietarios han optado por el apaciguamiento y han donado parte del edificio a la Universidad de Vigo…
Lo que sí es cierto es que si los años 70 fueron buenos para la música, fueron sin embargo nefastos para el urbanismo.


Prueba de ello es este otro horrible edificio que vimos ayer al llegar a la pequeña villa marinera de Baiona.

Así, tras las playas tomamos un sendero natural que sigue el curso Del Río Lagares y entramos a Vigo junto al estadio de fútbol y atravesamos la ciudad hasta llegar a nuestro hotel desde el que saldremos para conocer el casco viejo. Ésta es una de las ventajas del camino a pie. Habíamos atravesado Vigo varias veces en coche con la impresión de pasar por una fea ciudad industrial. Hoy a pie hemos visto los bonitos alrededores de la ciudad y las facilidades para hacer deporte y luego seguro que encontramos un lugar desde donde ver la puesta del sol tomando un vino gallego.



No hay comentarios:

Publicar un comentario