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martes, 16 de febrero de 2010

Ciudades vivas

Pasear, caminar sin rumbo y sin prisa, levantar la vista y observar el pulso de la ciudad, sus edificios, sus transformaciones, sus gentes. Vivir en una ciudad viva.
Y no es sólo una metáfora. Un estudio de la Universidad de Vermont ha encontrado sorprendentes similitudes entre una ciudad y los organismos vivos, ya sean animales o plantas. Una ciudad está atravesada por redes de transporte subterráneo y de superficie, por redes eléctricas, sistemas de agua y alcantarillado, que van de un centro densamente poblado a la periferia ya sea en redes lineales o reticulares. Igualmente el circuito sanguíneo de un ser vivo bombea la sangre por arterias y capilares desde el centro a la periferia del organismo y va diluyendo su fuerza a medida que se aleja del centro.
Esto mismo se da con las plantas, con la savia que recorre tronco, ramas y hojas, que presentan una serie de venas (arterias de la ciudad llamamos a las vías principales)y que forman un retícula como las ciudades densamente pobladas, con su cuadrícula y callejones en la forma de nervaduras de estas venas. Y todo ello constituye un sistema, al igual que las ciudades con los mecanismos para organizar el tráfico y para hacer que la vida llegue a cada punto del organismo o de la ciudad.
Y paseando por esta ciudad viva se aprecian las dentelladas del tiempo, los cambios en su fisonomía, nuevas veredas e interminables obras, pero como ser vivo también anida en la ciudad la muerte. 40.000 comercios han cerrado en las ciudades de España en 2009 según la Confederación Española de Comercio. Comercios que dan vida y comercios que configuraban un mapa de referencias y sentimientos en una ciudad conocida.
40.000 comercios que van a encontrar difícil reemplazo hasta que una nueva ilusión devuelva la confianza y saque nuevos bríos de una sociedad apesadumbrada por la incertidumbre. Sólo un negocio prolifera por las ciudades, abre cuando otros cierran y da vida a calles huérfanas. Las nuevas versiones de las casas de empeño, los "cash converters" y negocios similares reaniman el zoco, compran, venden y nos devuelven a aquellos tiempos de objetos que vivían varias vidas. Conla misma facilidad con que se cierran comercios abren los nuevos negocios y prorrogan la ilusión de una capacidad de consumo que pensábamos ilimitado.
Ciudades vivas que aun aletargadas necesitan la savia para seguir viviendo.

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