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miércoles, 13 de mayo de 2020

Amor cósmico

What Is on Voyager's Golden Record? | Science | Smithsonian Magazine

Cantón, 14 de mayo de 2020.

Entre las muchas frases hechas  que escuchamos recientemente y que tienen la virtud de darnos satisfacción con pocas palabras y evitarnos la incómoda tarea de pensar, se encuentra la utilizada por Leonardo di Caprio, en su faceta de activista, y Greta Thunberg, en su activista faceta, cuando dicen y repiten los demás, "Solo tenemos este planeta", no hay otra opción más que la vida en este pequeño lugar de una de las galaxias más apartadas en un barrio poco recomendable de la vía láctea, donde continuar nuestra vida amenazada ahora ya no solo por el cambio climático (ahora llamado emergencia climática), sino también por esa aviesa enfermedad que se muestra indescifrable.

Pero no todos piensan igual. Carl Sagan siempre pensó que podría haber alternativa en otros lugares del universo, y entre bromas y veras, se lanzó a reflexionar sobre las distintas alternativas a este planeta y sobre la posibilidad de vida inteligente, seguramente más inteligente fuera de los límites de nuestro planeta tierra.

En un intento de contactar con alguna de estas civilizaciones desconocidas, Sagan convenció a la NASA de la utilidad de enviar un disco grabado con muestras de lo que era nuestra civilización en el año 1977, que es cuando la nave Voyager partió para el espacio. Este disco, el denominado golden disc, contiene en su carátula unas inscripciones gráficas con instrucciones para que quienes alguna vez lo encuentren puedan reproducirlo como si fuera un disco de vinilo, y tiene en su contenido 92 canciones que van desde un antiguo cántico chino de más de 2.500 años, a conciertos de Bach, una ranchera mexicana, o un blues de Louis Armstrong.

Además contiene unos saludos en 55 idiomas, con una alocución especial del entonces presidente de Estados Unidos, Jimmy Carter, y del Secretario General de Nacions Unidas, Kurt Waldheim , que hoy está arrrumbado en el olvido y sometido a una damnatio memoriae por su pasado en la Segunda Guerra mundial.

Pero lo más importante del disco es lo que reveló hace unos años la viuda de Carl Sagan, Anne Druyan, una investigadora que trabajaba con Sagan en la preparación del disco, y que unos días antes de su edición dejó un breve mensaje en el contestador del teléfono de Sagan, diciendo, "Te ha llamado Ana". Ese simple mensaje, que podría ser casual o sin compromiso, despertó las hormonas de Carl Sagan, quien intuyó por el tono que no era una llamada profesional más, sino que entraba en el terreno más personal, y al responder a la llamada surgió ese estado de elevación de los sentidos que provoca el amor, y decidieron pasar de la relación profesional a la más personal de todas.

Este chispazo les permitió incluir una nota más en el contenido del disco, un sonido imperceptible del funcionamiento cerebral de Anne, en ese estado de enamoramiento en el que el hipotálamo segrega dopamina y noradrenalina y nos hace volar ante el recuerdo de la persona amada. Éste es el mensaje de amor más duradero y más largo de la historia. Carl Sagan murió en 1996, pero el sentimiento amoroso de Anne sigue su viaje interestelar junto con la nave Voyager 1, que está superando todas las pruebas de longevidad previstas, y que hoy se encuentra ya fuera del sistema solar, a más de 22.000 millones de kilómetros de nuestro sol, y con posibilidades de seguir viajando hasta 2025.
Allá vuelan los sentimientos amorosos de un verano de 1977, cuando se celebraba el bicentenario del nacimiento de los Estados Unidos, y se inauguraba la saga de la guerra de las Galaxias.

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