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martes, 10 de mayo de 2011

Coincidencias

Ocurre a menudo, y con más frecuencia a medida que cumplimos años. Los recuerdos, las experiencias se van encadenando caprichosamente y nos juegan algunas pasadas que algunos adjudican a la providencia y otros al mero azar que mantiene en movimiento los astros. No hay día en que no hayamos recordado a alguien o algún hecho relacionado con nuestra biografía, que de una manera u otra no podamos vincular con nuestra situación actual, con las circunstancias difusas de un instante preciso.
Hablaba ayer con unos amigos de recuerdos de La Habana, de personajes que conocí en esa isla y que de un modo u otro se relacionaron con Argentina, y les comentaba la curiosa historia de uno de ellos, poeta menor, periodista fundador de prensa latina allá por los años sesenta, que al igual que Massetti abandonó la Argentina para prestar sus servicios a la Revolución cubana. No recordaba su nombre, pero sí sus facciones y su porte, indudablemente argentino a pesar de los años y de la distancia. El personaje no será recordado por su pluma ni por su arrojo revolucionario, aunque se dice que mantuvo abierta la línea de comunicación de la Casa de la Moneda durante el golpe militar de Pinochet. Su recuerdo, su azaña mayor por la que era reconocido en los cenáculos habaneros era por su amistad de la infancia con el dibujante argentino Quino. Esa amistad llevó al autor de Mafalda a retratar la cara pecosa y picarona de Jorge Timossi (ahora sí recordé su nombre), en la figura del soñador y simpático "Felipito". Esta coincidencia condenó al adulto y ya veterano Jorge Timossi a convivir durante su madurez en La Habana con un personaje de dibujos que nunca existió sino en la imaginación de Quino.
Así, Timossi, un habitual de las recepciones diplomáticas, mantenía a sus setenta años un flequillo de color rojizo envidiable, y una cara afilada , algo dentona, que le daban ese aire infantil que tenía en el momento de su amistad con Quino. Para hacer más patente su personaje, andaba no sé si casado o en una relación estable, con otra señora argentina, que fue viuda del padre de Ernesto Guevara, con quien recaló en la Cuba de los setenta y de donde ya no supo salir. Así la pareja argentina, de excelente educación de buen humor formaban un duo entrañable,más apreciado por lo que representaban que por lo poco que pude saber de ellos en esa época.
Pues bien, de Jorge Timossi hablaba hace unos días a unos amigos cordobeses, que conocían la historia del Che, de su padre y de su eterna novia de juventud argentina, una señora de la buena sociedad cordobesa, felizmente casada y madre y abuela apreciada en la ciudad. Y era yo incapaz de recordar el nombre de este periodista afable, que llevaba con una sonrisa su eterna vinculación con el personaje de Quino. Hoy leo en los diarios que Jorge Timossi ha fallecido de un infarto de miocardio en La Habana, donde llevó una vida lánguida, a los setenta y cinco años de edad.
Descansa en paz Jorge.

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