Informar

Informar, pasar información, desvelar secretos, abrir el alma, la mente al enemigo y dejar una brecha por donde se cuelan las insidias que corroen.
Ocurrió durante la guerra civil española, elquintacolumnismo, la información, la defensa basada en el silencio, en la sorpresa, en la ocultación al enemigo toda la información sobre tu bando, tu patria.
Luego en la segunda guerra mundial, la discreción, la circunspección. Algo sencillo para pueblos poco locuaces. Y aun así se hizo una campaña para evitar el "careless talk" (J. Marías. Tu rostro mañana). Cualquier cosa que digas puede ser útil para el enemigo.
Hoy, la web de la UNEAC (Unión Nacional de Escritores y artistas Cubanos) se sale de su habitual diatriba, de su maniqueísmo militante y reconoce el peligro, la información privilegiada. Esteban Morales en un sorprendente artículo refiere cómo la corrupción se ha adueñado de entidades y organismos públicos. Cómo, la corrupción que según FC y el propio Esteban es el mayor enemigo de la revolución campa por sus respetos en un Estado que es el principal empresario, el principal comprador y vendedor de bienes y servicios. Acierta en su diagnóstico, desconcierta su franqueza, pero todavía más su conclusión. El enemigo acecha y conoce nuestras debilidades. No robéis, no trafiquéis, no esquilméis el Estado porque el enemigo lo sabe y puede utilizar esta debilidad en contra de la Revolución.
Mejor callar. No hablar, lavar los trapos sucios en casa y que no se filtre a los servicios de inteligencia extranjeros estas debilidades humanas. Como siempre, la unidad es la fuerza frente al exterior.
Tal vez no ha reparado Esteban que la falta de transparencia, de libertad económica y política, la agobiante presencia del Estado son el caldo de cultivo de la corrupción, de la ineficacia económica y de la mayor injusticia cometida contra los cubanos.
Entre tanto, callar, no informar, no hablar con el enemigo.