Translate

Seguidores

lunes, 15 de marzo de 2010

Prohibir

Prohibir, censurar, hurtar al conocimiento. Jugar con la libertad de los demás. ¡qué fácil y gratificante resulta ocultar lo ingrato, impedir lo incómodo o inconveniente y reafirmarse cada uno en sus ideas, en sus conviciones, en sus percepciones y más si tienes el poder reafirmar a los demás en esas convicciones aunque no les convenzan ni convengan.
China sigue en su pulso con Google. O bien aceptas la censura de contenidos o te prohibo.340 millones de usuarios en este país, casi tantos como los que han salido de la pobreza en los últimos 20 años ven su acceso a internet restringido. Qué pequeñez en comparación con el gran salto adelante (ahora sí y no cuando Mao difundió la consigna) que supone la expansión del capitalismo en el país más poblado del mundo. ¿Qué importancia puede tener la limitación de ciertos contenidos en una red a la que acceden los privilegiados aunque estos sean centenares de millones?. En estas pequeñas cosas, en estas batallas retóricas se juega la libertad de cada uno. No ceder al chantaje, no claudicar ante el poderoso y abrir las ventanas y las puertas para que todo quede expuesto y para que libres de miedo la felicidad quede más al alcance.
No sólo China pelea con el fantasma de la libertad. Irán tiembla ante la expansión de las redes sociales, de la difusión de informaciones vedadas a los corresponsales, de imágenes que hacen temblar de rabia y que existen y se difunden aunque no corresponda, aunque no sea adecuado.
Y Venezuela, ¡cómo no¡ se une a este aquelarre. Quiere prohibir la difusión de información, porque puede ser falsa o puede perjudicar a los usuarios dándoles una imagen distorsionada de los esfuerzos de un gobierno que gobierna en directo, desde la esperpéntica tribuna de Aló presidente. No hay más que ver la cara de embeleso y terror que tienen los oyentes seleccionados, temerosos de que les interpelen en público y no sepan cómo satisfacer al mando. Pues bien, ahora tampoco es decoroso mantener la libertad en la red. También esto es peligroso y debe prohibirse.
Y qué decir de Cuba. Paraíso de la falsedad, patria de la celada, del engaño de la apariencia. Desde las primeras horas del alba hasta la más alta noche. Patria de la prohibición, de las condenas por tener una máquina de escribir una grabadora, cualquier instrumento que amplifique la palabra y la verdad.
Qué harán con los blogs, con los nuevos foros de discusión, con las verdades.
Prohibir, alejar e impedir llegar a la verdad o a las medias verdades que nos alimentan cada día. No se puede prohibir eternamente, no se puede callar por mucho que nos lo pidan y no se puede dejar el campo abierto a los lobos que sólo imponen su aullido. No se puede prohibir eternamente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario