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lunes, 3 de junio de 2019

Que treinta años no es nada

Resultado de imagen de tiananmen square protestsSe cumplen treinta años de las protestas de la plaza de Tianamen en Pekín y el reflejo más evidente de esos acontecimientos en la China de hoy, son algunos artículos en la prensa internacional y un empeoramiento de la recepción de la señal de televisión y de internet de los canales y redes sociales extranjeras.
Ese turbulento final de siglo XX con la caída de la Unión soviética, con esa idea del fin de la historia, que vivimos tan cercanamente, es hoy objeto de estudios históricos y búsqueda de noticias falsas antes del tiempo de las "fake news". Cuántos fueron los muertos, cómo se desactivó la protesta, quién la alentó, dónde está esa ansia de libertad de los jóvenes.?

Hoy, muchos años después el país es irreconocible, la renta se ha multiplicado de manera extraordinaria, y esa China que abandonaba los vaivenes de la revolución cultural, disputa hoy la primacía económica a Estados Unidos. Las ciudades aparecen limpias y modernas; han celebrado unos juegos olímpicos y se ha convertido en el destino deseado de todo tipo de deportistas en su etapa final que quieren hacer caja en este país que promociona el deporte como una de las expresiones de su ascenso mundial.

Algunos de los protagonistas de estas fotos salieron al exilio y han vivido en otros países cultivando el recuerdo; otros han vivido un exilio interior, y quién sabe si alguno de ellos figura hoy como uno de esos millonarios que han podido afiliarse al Partido Comunista, y finalmente otros, se refugiaron en Hong Kong, donde todavía se mantienen ciertas libertades individuales, temerosos de que el avance económico de la China continental les absorba en poco tiempo.

¿Qué fue de aquellos tiempos? ¿Qué ha sido de todas las revoluciones que en el mundo han sido?, una fotografías envejecidas en periódicos ya desaparecidos y una nostalgia de la juventud perdida. El mundo sigue ciego su avance por caminos insospechados, con avances inimaginables en aquellos tiempos analógicos, que comenzaban a despertar a la verdadera revolución, la digital, que es hoy el campo de batalla por la hegemonía del conocimiento y de la eoconomía.

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