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jueves, 3 de febrero de 2011

Contactos

La Fundación Nacional del Indio (FUNAI) de Brasil acaba de informar al mundo que ha descubierto una nueva tribu de indígenas no contactados en la selva amazónica, junto a su frontera con Perú. En internet se encuentran con facilidad esas fotografías aéreas que nos muestran a unos grupos humanos sorprendidos y temerosos ante el ruido del motor del avión que los sobrevuela. Son grupos de personas aparentemente sanas y bien alimentadas que han hecho de esa floresta inextricable su hábitat durante cientos, tal vez miles de años, en los que no han visto la necesidad de contactar con otros grupos, y mucho menos con nuestra civilización cada día más expansiva.

Es conmovedor pensar que personas, seres humanos, congéneres hayan podido sustraerse años y años a invasiones, colonizaciones, descubrimientos y que hayan conservado hasta hoy algunos recuerdos vagos de lo que fuimos, de nuestros orígenes, sin necesidad de buscar otros horizontes.

 Seguramente los no contactados tienen alguna idea o intuición de la presencia de los otros. Nadie puede sustraerse a la curiosidad sobre los vecinos, aunque sea para, con buen criterio, evitarlos. Seguramente, a lo largo de estos años, estas tribus hayan oído el ronrroneo de los aviones de reconocimiento, hayan encontrado en las orillas silenciosas y lentas de los meandros del Amazonas algún resto de nuestra civilización, en la forma de un viejo utensilio, una botella, un pedazo de madera de barco, cualquier producto que se salga de esa inmensa naturaleza que les rodea. Y seguramente, la curiosidad habrá sido superada por el temor a lo desconocido, a lo hostil, dejando a estas gentes confiadas a unas tradiciones y a unos confines en los que se sienten seguros.

No contactados, falta de comunicación en el mundo global. En otras partes del mundo, tradicionales, cerradas, controladas por la fuerza con mano de hierro, las sociedades han decidido lo contrario, el contacto, la comunicación, la imagen del mundo que quieren imitar y a su alcance a través de internet o de estas prodigiosas redes sociales que han revolucionado el mundo de norte a sur y de este a oeste. Las tecnologías al alcance de la mano, al alcance de un dedo pulgar que ya creíamos destinado a la atrofia en la marcha de la evolución y que hoy es el miembro más ágil para domeñar teléfonos móviles, ordenadores o tabletas.

Contactos y revoluciones que nos van a dar nuevas visiones del mundo, que acortan distancias y mentalidades. Mayor poder para los ciudadanos, aun para los que no quieran ser contactados. Un mundo más pequeño, más cercano y quién sabe si más justo y feliz.

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