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martes, 31 de agosto de 2021

Postales del sur de China. El dinero


 El tiempo pasa y la memoria se desvanece. Los buenos propósitos quedan en eso, propósitos, y solo alguna fotografía, una conversación traída a tiempo permiten recordar algunas de esas escenas que deben incluirse en un buen album de postales.

La celebración de los resultados económicos de una empresa dan lugar en casi todo el mundo a una paga adicional a los trabajadores más destacados por su contribución a la empresa. Generalmente esta paga se hace por medio de una transferencia bancaria y en algunos casos, mediante la pudorosa entrega de un sobre que contiene la gratificación. Sin embargo en China la tradición marca que los billetes rojos se muestren sin vergüenza como una señal del éxito y de la fortuna de quien los recibe.

Desde mi llegada al sur de China me sorprendió el lujo y el bienestar económico que se apreciaba en muchas partes de la ciudad. Edificios modernos, coches de alta gama, tiendas de ropa de lujo y un estilo occidental en las zonas más modernas de la ciudad. Pero fuera de esos lugares privilegiados, también pude observar el interés por el dinero, la franqueza con la que cualquier persona te hablaba de su aspiración a ganar más dinero, a tener dinero, a llegar a ser rico en un país comunista.

Al cabo de poco tiempo mi pregunta no era cómo había tanto afán por el dinero en un país comunista, sino cómo en un país tan ávido de riqueza pudo nunca implantarse un régimen comunista, llegando a los extremos de la colectivización, del gran salto adelante, o de la revolución cultural, que son algunos de los ejemplos más extremos del comunismo.

En cuanto las costuras de la economía comunista reventaron tras la muerte de Mao, el sistema comunista ha sabido convivir con ese deseo de riqueza del que los chinos hacen gala desde hace milenios.

Como todo en China, el deseo de riqueza tiene orígenes milenarios. Fueron los chinos los primeros en utilizar las monedas, allá por los tiempos dela dinastía Zhou. En la dinastía Qin, el primer emperador ya repartía regalos de cinco monedas atadas con una cinta roja a sus vasallos más fieles y es durante la dinastía Song en el siglo IX cuando los chinos comienzan a utilizar el papel moneda, siglos antes de que este medio de pago se irradiara por todo el mundo.

Pero hoy, seguramente el interés por el dinero no viene solamente de la tradición o de la historia. Hay también un elemento vinculado a la experiencia personal de muchas familias que han pasado hambre y penurias durante el convulso siglo XX que buscan en el dinero la seguridad y la estabilidad que son necesarias para la vida. La necesidad de armonía que predica el confucianismo está bien servida con el respaldo de unos ahorros. Las necesidades que no cubre el Estado vienen cubiertas por una educación que permita obtener más tarde un empleo bien remunerado.

Hace años nos llamó la atención la noticia según la cual había un número importante de miembros del partido comunista de china que eran millonarios, incluyendo el fundador de la empresa Alibaba. Hoy esa situación parece normal y simplemente se observan algunos ajustes en esta política de creced y enriqueceos para evitar distorsiones exageradas que puedan dar lugar a una pérdida de control por parte del partido comunista.

Pero a pesar de ello, sigue enraizada entre la población ese amor por el dinero que a muchos de nosotros nos haría sonrojar. Tal vez esto se deba también a la ausencia en China de religiones que tengan una prevención contra la riqueza como puede ocurrir en el cristianismo o en el Islam, donde el castigo de la usura y la dificultad de la salvación de los ricos ha sido una constante, al menos teóricamente. En China no hay ese tipo de limitaciones, y la riqueza, el dinero proveen seguridad, como en casi todo el mundo, pero además te permiten situarte en un lugar en la escala social acorde con tu capacidad. Esa forma que el confucianismo tenía de buscar la armonía a través de la adecuación de la personalidad a su nombre y también a su situación social.

La felicidad con la que los trabajadores de la fotografía exhiben sus billetes ganados con horas de esfuerzo y de privaciones es el premio que reciben en este mundo quienes trabajan y tienen éxito. 

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