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viernes, 18 de enero de 2019

Mundos divergentes

Hoy ha salido el sol, tras varios días de neblina, hoy he podido adivinar el cielo de Cantón, que da otro color a las plantas y a la traza de la ciudad, y con el sol va acabando el corto invierno de esta zona subtropical.

Entre tanto, las noticias de los periódicos de acá y de allá, divergen como estos dos mundos que se acercan y se repelen a la vez. Aquí la tradición se ha vestido rápidamente de modernidad, y los pocos vestigios de una cultura que se reclama milenaria, son sustituidos con naturalidad por todos los atributos de la nueva revolución tenológica. Móviles, pagos, robots, inteligencia artificial, todo en un esfuerzo coordinado y dirigido a lograr a través del avance tecnológico mejoras en la calidad de vida.
Impresiona ver la capacidad de movilización de recursos, y la homogeneidad del discurso, desde las publicaciones a los discursos, pero más sorprendente es la rapidez de ejecución de las directrices.

EN cualquier presentación pública, no falta la foto comparativa, hoy y hace 10, 20 años... Y efectivamente, estamos en otro mundo. Donde ayer veíamos avenidas repletas de bicicletas, hoy vemos autopistas nuevas, con varios niveles, por donde circulan vehículos nuevos, y en muchos casos de alta gama, como no se ven ya en la Europa postcrisis. Habremos entrado en el futuro?.
Y es este el futuro que imaginábamos?.

Tantas preguntas y tantas perplejidades entre dos mundos que parecen divergente, entre el valor supremo de lo unitario y central, y el afán centrífugo y fragmentado que vemos en muchos países.
Los signos externos convergen cada vez más. Modas, marcas, tiendas, consumo, costumbres, pero el fondo insaciable del corazón humano parece que va por vías diversas, por caminos opuestos en un mundo que corre más aprisa que esas fotos ya envejecidas con el solo paso de una década.
Hoy, en Shenzen, ciudad de veinte millones de habitantes, creada sobre un pequeño pueblo cerca de Hong Kong hace 40 años. Shenzen, la capital tecnológica de Asia, la ciudad pionera en el movimiento de ciudades inteligentes, con infraestructuras modernas, inteligencia artificial aplicada a los servicios públicos,, ciudad sin pasado, que prefigura un futuro que no tiene por qué ser forzosamente mejor.

1 comentario:

  1. Desde luego, en lo del corto invierno y en lo del clima subtropical no se parece en nada a Helsinki Sin embargo sí en lo de la revolución tecnológica y en la retórica del medio ambiente y la economía limpia, que se asienta también en Finlandia sobre una notable capacidad para emitir carbono. He leído que en China las emisiones per cápita son 7,5 toneladas metricas al año , algo menos que en alemania, 8, y bastante menos que en Finlandia 9 . en España estamos en 5. El barniz de la digitalización es muy útil para construir una épica nacional, como también el de la economía verde.

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