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domingo, 13 de enero de 2019

Conclusiones precipitadas




Pasada una semana en China me atrevo a sacar algunas conclusiones que sin duda serán refutadas por el paso del tiempo y sustituidas por otras mejor fundamentadas,  pero como a veces la primera impresión es lo que cuenta, me aventuro a detallar algunas por si realmente fuera así.

1. Los occidentales, escasos en esta ciudad, somos vistos como seres dotados de una gran nariz y de mucho vello en cualquier parte del cuerpo. A pesar de ello no nos señalan por la calle al pasar, y si hacen algún comentario sobre nuestro aspecto, es muy discreto.

2.  El cambio radical que ha experimentado el país en los últimos cuarenta años se ha asumido con gran naturalidad y orgullo. En Cantón se adivina una buena cantidad de turistas de la propia provincia, y de jóvenes que acompañan a a sus mayores de visita a la gran ciudad para conocer con orgullo la transformaciónón de lo que eran huertas hasta hace veinte años, en una ciudad moderna.

3. En Cantón, como en la mayoría de las ciudades que conozco, el principal enemigo del peatón, es el ciclista,  ayudado ahora por los conductores de todo tipo de vehículos de dos o más ruedas que circulan por aceras y parques como si no hubiera mañana.

4. La Autoridad China ha lanzado dos ideas que deben realizarse con toda la rapidez posible. El cuidado del medio ambiente, y el desarrollo de la economía digital. Así han pasado de una industria contaminante y una falta de reglas sobre preservación medioambiental, a ser adalides de las ciudades verdes y a adelantar el fin de los vehículos de combustión, antes que lo hagan europeos y norteamericanos.

5. Todo chino de ciudad va armado de un teléfono inteligente, que usa sin descanso y que le sirve para el entretenimiento, el trabajo, el pago en los comercios, y a veces, incluso par hablar.

6.  A pesar de que todas las noticias apuntan a una reducción del consumo en China y a una cierta desaceleración económica, en esta enorme parte de la ciudad no ay más que centros comerciales abarrotados y con clientes activos en todo tipo de negocios. Parece ser que el chino es negociante y consumista. (No sé cómo pudieron vivir tantos años sin acceso al consumo y al mercado).
Hoy, en una boda en un hotel cercano al mío se estacionó una caravana de más de 20 coches Mercedes s400 todos idénticos y adornados para la ceremonia.

7. La ciudad está muy limpia. Extremadamente limpia, y no sólo en la ciudad nueva, sino en lo que queda del centro histórico, no se ve un papel en el suelo. La legión de barrenderos que trabajan día y noche debe ayuda, pero también la publicidad y la vigilancia. Pienso que funciona el sistema por el que una vez limpio un espacio público es más difícil que nadie se atreva a ensuciarlo.

8. Los servicios públicos incorporan mucha tecnología, desde el transporte a la información o l biblioteca pública. Y sorprendentemente funciona...

9. El idioma es una barrera y una defensa para un mundo muy centrado en sí mismo.  Aquí muy pocos hablan inglés, y los que lo hacen, generalmente con dificultad. A pesar de eso han hecho el esfuerzo de poner las principales señalizaciones públicas tanto en Chino como en inglés. 
Hoy por ejemplo he desistido de comer en un restaurante ante la total imposibilidad de pedir algo que no fuera al azar. 

10. En China, a falta de iglesias y de templos, que no abundan, parece haber una gran dedicación a la familia. La zona central se llena los fines de semanas de familias en apariencia felices, con muchos niños pequeños y abuelos, que aparentemente tienen la misma manera expresión y los mismos juegos que los que veríamos en un parque de cualquier ciudad occidental. La familia, célula esencial de la sociedad, junto con el municipio y el movimiento.

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