Translate

Seguidores

lunes, 8 de agosto de 2011

Mutaciones

Terror ante el abismo. Miedo a lo desconocido. Al fin y al cabo, no es sino lo desconocido, lo ignorado, lo que nos asusta. Un mundo estable, con claras opciones, con potencias económicas y militares que den seguridad, o que puedan ser acusadas de todos nuestros males. Un mundo previsible al fin y al cabo, en el que hemos vivido en los últimos años y en los que con libertad de expresión y de manifestación, nos ha permitido vivir en el mejor de los mundos posibles, con todas las ventajas de una sociedad rica y con la posibilidad de criticar todas sus limitaciones y fallos.
Vemos que las agencias de calificación de riesgo han rebajado la calidad de la deuda de los Estados Unidos. Este hecho insólito ha levantado las alarmas, e incluso ha hecho reaccionar al régimen comunista chino, reclamando más seriedad en las finanzas norteamericanas. Los columnistas en Europa y en Estados Unidos, disfrutando de esa libertad de prensa que se ha construido durante los años de bonanza y de dominación del mundo occidental, escriben estos días sobre el declive del imperio americano y sobre la inoperancia de la vieja Europa, cada día más anciana y achacosa. Claman en un lugar y otro por un mundo multipolar, como han reclamado durante muchos años para terminar con la unipolaridad occidental. Pues allí tienen la oportunidad. Un mundo en el que el achacoso occidente sufre su propia medicina, donde los ajustes estructurales de los que hablaba el banco mundial en los 80 los deber aplicar las economías avanzadas, y donde nuevos jugadores han entrado a la cancha con hambre de balón, con voluntad de dominar el juego por una temporada larga.
Lastimosamente tras los titulares sobre la crisis en Europa y en Occidente, las noticias no son muy halagüeñas en el resto del mundo. Una China con capitalismo de Estado y sin libertades públicas, difícilmente será el garante de los intereses generales del mundo. Noticias de disturbios, de descontento en sus fábricas y de un crecimiento sin garantías sociales como la Inglaterra del siglo XVIII no tranquilizan el alma de ese mundo multipolar en el que nos quieren meter algunos. Tampoco los emergentes están mucho mejor. Problemas en India sin número, casos de corrupción que tumban gobiernos, más casos de corrupción en el incipiente mandato de Roussef en el admirado Brasil, y qué decir de otras potencias emergentes como Rusia y Turquía.

Es un mundo definitvamente extraño éste. Lo que había no vale, lo que hay no nos sirve de guía. Todo cambia, todo evoluciona y las certezas de ayer se tornan incertidumres para el futuro inmediato. Los pensadores que llevan prendidos los focos de larga distancia hablan de esos movimientos tectónicos que periódicamente sacuden el mundo y fraguan nuevas realidades. Hay quien dice que lo importante es la lucha de las monedas por la hegemonía. El nuevo mundo con el dólar, el yuan y el euro. Hay quien señala el inicio de una nueva etapa de dominación asiática del mundo.

Entre tanto seguiremos viendo series de tv norteamericanas, vistiendo con esa moda informal que lanzó Levi Satrauss (el de California) has más de un siglo, escuchando a los premios nobel norteamericanos, visitando su país y conectando el mundo con ese fenómeno imparable de las redes sociales.
¿Quién sabe si no estamos de nuevo ante el Lampedusianismo, "Que todo cambie para que todo siga igual"

No hay comentarios:

Publicar un comentario