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sábado, 15 de enero de 2011

Wikipedia cumple diez años y en ese lapso de tiempo ha logrado acercarse a la idea de la biblioteca universal e infinita de Borges como no lo había logrado ningún otro empeño colectivo desde los tiempos del emperador Yonglé en la China del siglo XV. Los conocimientos, las curiosidades, las opiniones se acumulan a lo largo de sus páginas virtuales sobrevolando pavorosamente un cielo de sabiduría y de memoria.
La vieja Británica, la prolija Espasa, la divulgativa Larousse cogen polvo en largos anaqueles que se comban con el peso de la letra impresa y de la culpa por su recién adquirido carácter superfluo. Todo cambia, los días pasan azarosos y presurosos, y las distancias se acortan. Cada día tiene su afán y cada tiempo su revolución. Hoy, hay algo más real que lo que ocurre, algo más cierto que las conjeturas que nos asaltan y escribimos. Existe una comunidad infinita para la que por primera vez no hay cortapisas ni distancias, en la que la distancia entre lectores y creadores se difumina, se acorta y finalmente desaparece. Existe un Gobierno silencioso del mundo, de las ideas, de las propuestas que abarca prácticamente todo el mundo.
Hay lugares en África donde llegó antes el móvil que el teléfono. Donde el correo y la red conectan ya a los jóvenes con más vigor que los cánticos y los bailes ancestrales. Hay acceso universal a los conocimientos, las dudas duran poco en nuestra memoria cada vez más escasa para clasificar la abundosa información. Incluso la necesidad de aprender idiomas puede desaparecer, una vez que la traducción simultánea se perfeccione y se difunda. Sentados ante una pantalla, el universo, o la biblioteca se nos aparecen como algo real, asequible, alcanzable a golpe de tecla.
Sin embargo, en la China de la primera enciclopedia, vuelve la sombra del emperador Qin Shi Huang Ti,que mandó quemar todos los libros y construir la muralla. Los herederos de Qin prohíben a Google dar libre acceso a su red y todos aceptamos, al fin y al cabo los saberes son tan inmensos que una pequeña censura no hace daño e incluso puede ser digestiva. En Cuba han emulado a Qin, y para evitar a sus ciudadanos las dificultades de la búsqueda en Wikipedia han creado ECURED, que da un acceso restringido al conocimiento, restringido a lo que verdaderamente interesa a los gobernantes. Pasamos de internet a infranet, pero no se le ponen puertas al campo. Ni siquiera los iraníes con su wiki fiqh serán capaces e desterrar el acceso a la información, todo al final queda expuesto al sol, y si no que se lo digan a los mártires de los wikileaks.

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