Translate

Seguidores

viernes, 15 de febrero de 2019

Festival de primavera



Tras la fiesta del año nuevo chino, se celebran en toda China los festivales de primavera. Una primavera que ya llega a las ciudades del sur del país, pero que en lugares como Pekín se celebra entre tormentas de nieve. De cualquier modo, nada de esto frena el entusiasmo de los chinos por estas celebraciones. Tras una semana frenética de viajes y de reuniones familiares, a la vuelta a sus hogares las celebraciones continúan, con ese estilo chino indescriptible, que mezcla tradición luz y sonido en dosis capaces de matar a un elefante.

Cantón celebra su festival de primavera con parques y jardines rebosantes de flores, y con conciertos musicales que atraen a familias a las calles y plazas y que dan cuenta del gran número de personas que viven en el país. Comparsas de leones, con sus trajes rojos, sus dragones de pega y sus tambores recorren la ciudad y solicitan cortésmente su sobrexcito rojo, donde hay un pequeño aguinaldo, como es tradición en el país. Las casas se adornan con lámparas Rojas, y las puertas de entrada a los grandes edificios son flanqueadas por arreglos que representan un árbol repleto de mandarinas como auspicio de buena suerte.

Si ls celebraciones tienen un toque laico y exento de recuerdos religiosos, la superstición y la necesidad de buenos augurios están presentes en todas las celebraciones y en los protocolos cotidianos de los chinos. El color rojo es el color tradicional de la buena suerte en China, mucho antes del triunfo del partido comunista, y los números juegan un papel importante en la vida. El número 8 que se pronuncia como la palabra Fa en cantonés, representa la prosperidad, y es el número deseado por los chinos para su número de teléfono, para la matrícula del coche y para elegir el piso donde vivir. De hecho, los Juegos Olímpicos de Pekín se inauguraron el 8 del 8 de 2008.

Pero junto con estas anécdotas y tradiciones, el año nuevo sirve para constatar el estado de la economía china. Este año, tras el comienzo de la guerra comercial con Estados Unidos, él crecimientos de la economía Chna se ralentizó a un 6,5 % según datos oficiales y a una cifra todavía menor según el consenso de analistas internacionales. Las dudas sobre la salud de la economía china han dominado las discusiones del foro de Davos, y los temores a una recesión mundial se centran en el comportamiento futuro de la economía china. A esto se responde desde las páginas de los diarios oficiales con unas cifras diferentes. Aquí se dice que el crecimiento sigue estable, gracias, sobre todo al consumo interno, y los datos de consumo de estas fechas dan cuenta de las dimensiones que tiene todo en China. Según datos oficiales, el consumo durante esta semana de festividades ascendió a 148.000 millones de dólares y las ventas crecieron un 8,5% respecto al año anterior. Señalan a que la guerra comercial afectará a las importaciones de productos extranjeros, pero aumentará el consumo de productos nacionales y facilitará de algún modo la transición de una econom´industrial a otra de servicios y de base tecnológica. Cuánto de esto será cierto, no lo sé, pero el dinamismo de la sociedad, las consignas para una transición hacia una economía verde y de alto contenido tecnológico se repiten con la persistencia y inmisericorde que solo algunos regímenes saben difundir, mezclando tradición y desarrollo tecnológico en ese sincretismo chino que combina lo bello y lo nuevo, con lo kitsch y lo ingenuo en un amalgama que va creando sus nuevos ritos y que se expande al ritmo de su crecimiento económico.


















No hay comentarios:

Publicar un comentario